Las autoridades belgas consideran que la explosión provocada por un hombre en el interior de la estación Central de Bruselas si que es un “acto terrorista pero que no ha dejado más víctimas que el sospechoso, quien ha sido “neutralizado” por militares que patrullaban el lugar.
El ataque se ha producido a las 20.30 horas del martes en el interior de la estación y es considerado un ataque terrorista, según ha informado el portavoz de la Fiscalía federal belga, Eric van der Sypt.
El presunto atacante ha sido “neutralizado” aunque aún se desconoce si se encuentra con vida o no. Van der Sypt asegura que todavía se desconoce la identidad del sospechoso y se niega a dar más detalles de lo ocurrido.
Los artificieros se han personado en la estación, que sigue cerrada al público, para comprobar que no hay más cargas explosivas en el lugar. Pasadas las 23.00 horas las autoridades han informado de una posible explosión controlada.
Otras fuentes de la investigación han señalado que el individuo habría reaccionado al ver que despertaba las sospechas de los militares que patrullaban la zona, y que éstos le habrían abatido, sin aclarar si el sospechoso quedó malherido o muerto.
Un empleado de la compañía de ferrocarril cuenta que el sospechoso gritó varias frases que no llegó a entender pero que terminó escuchando como decía ‘Allahu Akbar’ (‘Alá es grande’) antes de hacer explosionar una maleta.
El Cuerpo de Coordinación de Evaluación del Riesgo ha informado de que mantiene el nivel de alerta terrorista en 3 porque “no hay indicación de otros incidentes” y el Gobierno ha activado el Centro de Crisis para supervisar la situación.
Son muchas las personas que han decidido contar lo sucedido a través de las redes sociales y han apuntado a que el dispositivo se había extendido hasta la turística Grand-Place, situada a escasos cinco minutos a pie de la estación, pero la céntrica plaza ha permanecido abierta al público en todo momento.
El tráfico ferroviario se ha detenido dentro de Bruselas, pero las otras dos grandes estaciones de la capital europea (Midi y Nord) mantienen su actividad hacia el exterior de la ciudad, tras unos primeros momentos de paro.