El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, ha instado este sábado al gobierno chino a actuar con moderación en Hong Kong.
Esper hizo este llamamiento en un momento en que las autoridades de Hong Kong estaban registrando a viajeros y visitantes en el aeropuerto internacional de la ciudad para evitar una nueva manifestación. El Jefe del Pentágono lanzó este mensaje en una rueda de prensa en París, acompañado por su homóloga gala, Florence Parly.
Esta semana, el líder de Hong Kong, Carrie Lam, ha anunciado una serie de concesiones a los manifestantes en un intento por poner fin a las movilizaciones, incluida la retirada definitiva de la Ley de extradición, la norma que provocó el inicio de las movilizaciones. Los manifestantes han asegurado que la rectificación del Gobierno hongkonés llega demasiado tarde.
Hong Kong volvió bajo soberanía china en 1997 gracias a un acuerdo con Reino Unido, por el cual China se comprometía a mantener el régimen de derechos y libertades del que había disfrutado el territorio durante el dominio colonial, lo que dio lugar al principio de "un país, dos sistemas". Sin embargo, muchos ciudadanos de Hong Kong temen que Pekín esté destruyendo esa autonomía.
China, por su parte, niega la acusación de intromisión e insiste en que Hong Kong es un "asunto interno". Además, ha denunciado las protestas, acusando a Estados Unidos y Reino Unido de fomentar esta situación de inestabilidad, y ha advertido de los daños que está provocando en la economía.
En los últimos años, los hongkoneses han tomado las calles de forma masiva para preservar este estatus especial. Ya lo hicieron en 2014, con la llamada Revolución Paraguas, en la que muchos vieron la "Primavera China", aunque finalmente fue desactivada.
Además de pedir la retirada del Proyecto de Ley de extradición y la liberación de los detenidos por violencia, los manifestantes quieren una investigación independiente sobre la percepción de la brutalidad policial, la retirada de la palabra "motín" para describir las manifestaciones y el derecho del pueblo de Hong Kong a elegir a sus propios líderes. Las protestas han hecho que el Presidente chino, Xi Jinping, se enfrente a su mayor desafío popular desde que llegó al poder en 2012.
El Departamento de Estado de Estados Unidos actualizó su aviso de viajes para Hong Kong a principios del mes de agosto, advirtiendo que los ciudadanos y empleados consulares de Estados Unidos habían sido objeto de una reciente campaña de propaganda por parte de China en la que se estaba "acusando falsamente a Estados Unidos de fomentar los disturbios".