Unos 300 manifestantes se han concentrado en un céntrico cruce de la ciudad y varios individuos vestidos de negro, color símbolo de las protestas, han realizado pintadas con lemas como "Cada vez que venga la Policía, destruiremos una estación de metro", mientras la multitud coreaba una de las consignas más extendidas del movimiento de protesta: "¡Si ardemos, vosotros arderéis con nosostros!".
Durante la acción ha habido lanzamiento de huevos contra la comisaría de Mong Kok y se han utilizado punteros láser de alta potencia. La Policía ha advertido de que se trata de una reunión ilegal y ha amenazado con el uso de la fuerza para dispersarlos, a lo que los activistas respondieron cortando el cruce.
La Policía izó la bandera naranja de aviso de intervención y los temidos "raptors", unidades de élite policial, han cargado contra la multitud. La gran mayoría de los manifestantes huyó por la calle Portland.
Anteriormente, en el parque Tamar, los manifestantes han cortado durante un breve espacio de tiempo la calle Lung Wo. La protesta está respaldada por la Confederación de Sindicatos, que asegura que más de 40 personas han participado en la movilización del parque Tamar.
En algunos casos los manifestantes han utilizado punteros láser contra los policías, que han respondido con pulverizadores de pimienta.
El Gobierno chino ha vuelto a denunciar la "extrema violencia" de las protestas que "desbordan completamente el ámbito de la libertad de manifestación", en palabras del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang.
Para Pekín, estas protestas cuestionan el Estado de Derecho, el orden social, la seguridad ciudadana y el principio de "un país, dos sistemas". Por ello, Shuang ha reiterado el apoyo de Pekín a la Jefa de Gobierno hongkonesa, Carrie Lam, y a la Policía que interviene para "restaurar el orden".
Ya son casi tres meses de movilizaciones marcadas por hitos como la huelga general del 5 de agosto, para protestar contra un proyecto de ley de extradición que permitiría enviar a responsables de delitos de Hong Kong a China y para exigir una investigación imparcial sobre la violencia policial.