Ángela Merkel y Donald Trump ha protagonizado un choque de titanes en su primera visita de la canciller a la Casa Blanca en la era Trump. Los dos puntos en los que más distantes se han mantenido han sido en el trato a los refugiados y en los acuerdos comerciales entre los germanos y los estadounidenses.
El primer punto que Merkel resaltó fue la intención de Trump de ayudar en el proceso de paz entre Ucrania y Rusia. Pero el presidente de los EEUU advirtió que él no es un aislacionista, para referirse a las sanciones que Europa quiere imponer a Rusia. Por ello, Trump se quiso pronunciar sobre la OTAN de la siguiente manera: “Reiteré a la Canciller Merkel mi firme apoyo a la OTAN, así como la necesidad de que nuestros aliados de la OTAN paguen su parte justa por el costo de la defensa”, dijo. “Muchas naciones deben grandes sumas de dinero de los últimos años y es muy injusto para los Estados Unidos. Estas naciones deben pagar lo que deben”.
Otro punto que, para muchos era el principal de esta reunión, giró en torno a los acuerdos comerciales. Trump anunció que impondría un impuesto del 35% en la frontera a los automóviles alemanes, u otros vehículos importados. De ello fue preguntado en la rueda de prensa y respondió así: “En primer lugar, no creo en una política aislacionista. Pero también creo que una política de comercio debe ser una política justa y Estados Unidos ha sido tratado muy, muy injustamente por muchos países a través de los años, y eso va a parar. Pero no soy un aislacionista. Soy un comerciante libre, pero también soy un comerciante justo”. Trump añadió: “No sé qué periódico está leyendo, pero supongo que sería otro ejemplo de, como usted dice, noticias falsas”. Trump añadió: “Todo lo que quiero es justicia. Alemania ha hecho muy bien en sus acuerdos comerciales con los Estados Unidos y les doy crédito por ello “.
Sobre el trato a los refugiados, Merkel y Donald Trump tuvieron un “intercambio de puntos de vista”. Ya que la canciller afirmó: “Creo que la globalización debe ser moldeada de una manera abierta pero también de una manera justa. La libertad de circulación dentro de la Unión Europea, por ejemplo, es un elemento muy importante de nuestro progreso económico, de la paz, ha sido durante muchas décadas “. Además, la canciller agregó: “los refugiados deben de tener la oportunidad de moldear sus vidas estén donde estén”. Mientras que Trump hizo hincapié en el islamismo radical.
Pero los desacuerdos no quedaron ahí, ya que Trump también se refirió a las escuchas que la administración Obama había hecho en el teléfono de Merkel, produciéndose un momento incómodo en el Despacho Oval. Finalmente, cuando los fotógrafos les pidieron un apretón de manos, Merkel se giró para estrechar la mano de Donald, pero él siguió mirando al frente ignorándola. Una actitud muy distinta a la que tuvo con la Primera Ministra del Reino Unido, Teresa May.