Rusia ha desplegado en secreto un nuevo misil de crucero a pesar de las quejas de funcionarios estadounidenses diciendo que viola un tratado de control de armas que ayudó a sellar el final de la Guerra Fría, según afirman funcionarios de la administración.
La medida representa un gran desafío para el presidente Trump, quien ha prometido mejorar las relaciones con el presidente Vladimir V. Putin de Rusia y perseguir futuros acuerdos sobre armamentos. El nuevo despliegue de misiles rusos también se produce cuando el gobierno de Trump está luchando para ocupar las posiciones de política clave en el Departamento de Estado y el Pentágono y para establecer quién será el reemplazo permanente de Michael T. Flynn, el consejero de Seguridad Nacional que dimitió el lunes. Flynn renunció después de que se revelara que había engañado al vicepresidente y a otros funcionarios al respecto de algunas conversaciones con el embajador de Moscú en Washington.
El misil de crucero fue una de las preocupaciones estadounidenses de la administración Obama que dijo en 2014 que había sido probado y había violado un tratado de 1987 que prohíbe los misiles de alcance intermedio americano y ruso. El gobierno de Obama había tratado de persuadir a los rusos para que corrigieran la violación mientras el misil todavía estaba en fase de prueba. En cambio, los rusos han avanzado con el sistema, desplegando una unidad completamente operacional.
Funcionarios de la administración dijeron que los rusos ahora tienen dos batallones del misil de crucero prohibido. Uno todavía se encuentra en el sitio de prueba de misiles de Rusia en Kapustin Yar, en el sureste del país. El otro fue desplazado en diciembre de ese sitio de prueba a una base operacional en otra parte del país, según un alto funcionario que no proporcionó más detalles y pidió el anonimato para discutir los informes de inteligencia recientes sobre el misil.
Funcionarios estadounidenses habían llamado al crucero SSC-X-8. Pero la “X” ha sido eliminada de los informes de inteligencia actuales, lo que indica que los oficiales de inteligencia estadounidenses consideran que el misil está operativo y ya no es un sistema en desarrollo. El programa de misiles de Rusia ha sido una preocupación importante para el Pentágono, que ha desarrollado opciones para responder, incluyendo el despliegue de defensas misiles adicionales en Europa o el desarrollo de misiles de crucero aéreos o marítimos.
Consecuencias
Es muy improbable que el Senado, que ya es escéptico con las intenciones de Putin, acepte ratificar un nuevo acuerdo estratégico de control de armamentos a menos que se corrija la supuesta violación del tratado de alcance intermedio. Trump ha dicho que Estados Unidos debe “fortalecer y ampliar su capacidad nuclear”. Pero, al mismo tiempo, ha hablado de llegar a un nuevo acuerdo armamentístico con Moscú que reduciría las armas “muy sustancialmente”.El despliegue del sistema también podría aumentar la amenaza militar a las naciones de la OTAN, que potencialmente sería uno de los principales objetivos. El secretario de Defensa, Jim Mattis, se reunirá el miércoles con los ministros de Defensa aliados en Bruselas.
Antes de abandonar su puesto el año pasado como comandante de la OTAN y retirarse del ejército, el general Philip M. Breedlove advirtió que el despliegue del misil crucero sería un desarrollo militar significativo que “no puede quedar sin respuesta”.