La chica de 18 años es la mayor de cinco hermanas en una familia al este de Afganistán, donde aun prevalece la costumbre denominada Bacha posh, que en darí se refiere a "una niña vestida como niño".
Bacha posh tiene una larga historia en el Afganistán profundamente conservador. Los padres que no tuvieron hijos varones, eligen a una de sus hijas para que ella pueda cumplir con los deberes de un hijo sin ser acosada, o algo peor.
El caso de Sitara es muy triste, pues ella desearía vestir como chica, tener el pelo largo y una vida normal, pero en su lugar se levanta todas las mañanas se pone una camisa y pantalones holgados, sandalias y sale a trabajar en una fábrica de ladrillos junto a su anciano padre.
A veces cubre su cabeza con un pañuelo para ocultar su pelo corto y finge tener la voz grave cuando tiene que hablar con otras personas.
Ella es el sostén de la familia, desde los 8 años trabaja desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde por 160 afganis al día (cerca de 2 euros).
"Nunca pienso en que soy una chica", dice Sitara. "Mi padre siempre dice que soy como su hijo mayor, a veces asisto a funerales como su hijo mayor" algo que nunca se le permitiría a una niña.
Si bien Sitara, al tener 18 años, tiene ya la libertad de vestir como mujer y seguir con su vida, ha decidido no hacerlo ya que, según dice, " no tiene otra opción".
"Haré el trabajo duro, no quiero que mi hermana menor crezca vistiendo como un chico y trabaje en la fábrica de ladrillos".
La familia debe al dueño de la fábrica 25000 afganis (unos 300 euros). Además tiene que pagar los gastos médicos de su madre.
"La mayoría de personas no se dan cuenta de que en realidad soy una chica. Si lo hicieran tendría muchos problemas, incluso podría ser secuestrada" – lamenta Sitara-.
