El pequeño Alfie Evans, de solo 23 meses, ha fallecido esta madrugada tras más de un año de lucha contra una rara y desconocida enfermedad neurodegenerativa. Su fallecimiento pone fin a semanas de lucha entre sus padres y el personal médico, que desconectó al pequeño en contra de la voluntad de la familia del niño.
El caso de Alfie ha generado un intenso debate a nivel internacional, con una fuerte implicación del Papa Francisco y del Gobierno de Italia, que concedió al pequeño la nacionalidad para que pudiese ser tratado en el Hospital Bambino Gesú, algo que finalmente no ocurrió por la oposición de los tribunales británicos.
Alfie se encontraba ingresado en el Hospital Alder Hey de Liverpool desde diciembre de 2016, cuando sufrió unas fuertes convulsiones. Desde entonces, los médicos habían tratado de averiguar, sin éxito, qué era lo que le ocurría. Ante el deterioro del pequeño, el personal del hospital decidió desconectar al Alfie del soporte vital, algo a lo que los padres se opusieron. Con ello empezó una dura batalla legal que dio la razón a los médicos.
Finalmente, y teniendo ya la nacionalidad italiana, Alfie fue desconectado el pasado lunes por la noche. En contra de todas las previsiones, comenzó a respirar por sí mismo y continuó luchando hasta esta misma madrugada.
El encargado de dar la triste noticia ha sido su padre, Thomas Evans, quien ha asegurado en Facebook “Mi gladiador ha rendido su escudo y ha ganado sus alas… Absolutamente desconsolado. Te quiero, mi niño”.
Por su parte, el personal del hospital, ha mostrado su pena y su solidaridad con la familia. “Todos nosotros lo sentimos profundamente por Alfie, Kate, Tom y toda su familia” aseguran en un comunicado, en el que añaden que la lucha del pequeño ha sido “una travesía devastadora para ellos”.