La vida del pequeño Alfie Evans lleva meses siendo objeto de debate en la sociedad británica. El niño, de apenas 23 meses, sufre una enfermedad que aún no se ha podido diagnosticar y que, según los médicos, le produciría la muerte solo unos minutos después de ser desconectado del ventilador.
Por ello, los padres de Alfie pidieron ante los tribunales que su hijo siguiese conectado, algo a lo que los médicos se negaban. La Justicia dio la razón a los facultativos, comenzando una lucha contrarreloj de la familia Evans para salvar la vida del pequeño.
Esa lucha dio un giro radical ayer, cuando Italia concedió la nacionalidad al niño y pidió que fuese trasladado a Roma para ser tratado allí, en el Hospital Bambino Gesú. Una petición que aún no ha tenido respuesta.
Sin embargo, a pesar de la acción del Gobierno italiano, los médicos desconectaron anoche a Alfie que, según sus predicciones, debería haber muerto solo 15 minutos después de apagar el ventilador. La sorpresa ha sido que, tras más de 12 horas, el pequeño sigue vivo, respira solo y, gracias a la lucha de sus padres, está siendo hidratado y alimentado.
Ahora, la familia Evans y toda la diplomacia italiana trabajan sin descanso para podre llevar a cabo el traslado del pequeño Alfie.