¿Les vamos a dejar morir? Son seres humanos que han nacido y viven en Papúa Nueva Guinea, sacudida por un terremoto el miércoles, 4, de magnitud 7,4 en la escala Richter, a 133 kilómetros al suroeste de la ciudad de Kokopo, en la isla Nueva Bretaña.
Después vino la réplica: de magnitud 5,9 se registró a un centenar de kilómetros de Kokopo, ciudad de 20 habitantes; y sobre el horror el anuncio de peligro de tsunami, que se disipó.
Hoy, miles de niños necesitan vacunas. El Departamento Nacional de Salud (NDOH), dice que alrededor del 80% de los menores, de las provincias más afectadas, no están protegidos frente a enfermedades prevenibles.
Una vacuna, solo una vacuna, les separa de la enfermedad y la muerte.