El presidente estadounidense, Donald Trump, recibe hoy en Washington a los principales líderes de las repúblicas bálticas: la lituana Dalia Grybauskaite, el estonio Kersti Kaljulaid y el letonio Raimond Vejonis. Se trata de una cumbre que se celebra con motivo del centenario de la independencia de los estados bálticos.
Según los comunicados publicados desde la presidencia de cada estado, los temas a tratar serán principalmente la seguridad y la cooperación económica.
Aunque ninguno de estos líderes haya especificado de qué tratarán en concreto los temas de seguridad que comentarán, no hay que perder de vista la presencia de la OTAN en los países Bálticos. Probablemente, este sea el punto clave de esta cumbre, marcada por la creciente amenaza rusa en la región como telón de fondo.
La OTAN en el Báltico
Actualmente, la Organización del Tratado Atlántico Norte tiene desplegadas tropas en los tres países bálticos. Cada unos de ellos tiene una unidad permanente que se encarga de vigilar el espacio aéreo de la región. Asimismo, durante el año 2017 Lituania y Letonia fueron escenario de diversos programas de ejercicio de la OTAN, en las que participaron, además de las propias Letonia y Lituania, países como Alemania, Estados Unidos, Noruega, País Bajo o España, que tuvo un papel destacado aportando un gran contingente de tropas.
Estas acciones se llevan realizando desde el año 2014, desde el paraguas de la operación Enhanced Forward Presence, una estrategia disuasoria planteada por la OTAN tras la política rusa realizada en sus zonas limítrofes. Si bien es cierto que una guerra con Rusia es algo lejano, tanto para el Kremlin como para los países de la OTAN, la creciente presencia de la Federación Rusa en su área de influencia en los últimos años ha creado inquietud y temor en muchos de los socios de la OTAN. Especialmente en los países bálticos, estados que habían pertenecido a la órbita soviética durante la época de la URSS. Por este motivo, existen recelos en el báltico ante cualquier aproximación de Rusia a sus fronteras, que es considerada una amenaza a su libertad e independencia. Sobre todo, tras observar el conflicto de Ucrania y cómo Rusia violaba la legalidad internacional para tomar a la fuerza Crimea, una región que desde Moscú se considera que les pertenece históricamente.
Estonia, Letonia y Lituania fueron independientes por primera vez entre 1918 y 1940, cuando consiguieron librarse de la Rusia zarista. Después, la URSS volvió a tomar el control de los países bálticos, hasta que se disuelve en 1991 y estos vuelven a ser independientes. Desde entonces, los tres estados se han ido incorporando a instituciones internacionales de manera voluntaria, como la Unión Europea y la OTAN. Los recelos históricos contra Rusia permanecen, por lo que con Enhanced Forward Presence pretenden disuadir a la Rusia de Putin.
En datos
Estados Unidos es, con diferencia, el país que más aporta a la financiación de la OTAN. Un 3.61% de su PIB va destinado al gasto militar, por encima del 2% que se acordó. Tan solo Grecia (2.31%), Reino Unido (2.21%), Estonia (2.16%) y Polonia (2%) cumplen con este requisito, según datos de la propia organización.
Así pues, de los tres estados bálticos preocupados por la amenaza de Rusia, que también ha aumentado su presupuesto militar de un 4.5% del PIB en 2014 a un 5.3% en 2017, según informó el analista Ricardo Lenoir Gran-Pons en un artículo publicado en el IEEE, solo Estonia cumple con el requisito del 2%.
A pesar de esto, es significativo ver cómo, aunque no llegue al mínimo acordado, el presupuesto de defensa de Lituania y Letonia ha aumentado. En el año 2014, ninguno de los dos alcanzaba siquiera un 1%, mientras que en el 2017 su gasto era ya del 1.49% (Lituania) y el 1.45% (Letonia). Este incremento coincide, además, con el comienzo de la crisis de Ucrania.
El portavoz de la Casa Blanca, Raj Shah, agradeció el esfuerzo económico realizado por los países bálticos para aproximarse al mínimo exigido. Este incremento en el presupuesto de defensa viene favorecido por el aumento del PIB, tanto de Estonia como de Lituania y Letonia, que creció del año 2015 al 2016, de acuerdo con los últimos datos que ofrece el Banco Mundial. Asimismo, las predicciones para 2018 son también al alza.
Seguridad energética
Por otra parte, el gaseoducto Nord Stream II también estará encima de la mesa en esta cumbre. El proyecto, que está previsto que comience a funcionar plenamente a partir del 2019, tiene como objetivo el suministro de gas ruso a Alemania de manera directa, sin atravesar ningún país intermediario. Hasta ahora, los países bálticos constituían una ruta tradicional por la que se distribuía este gas. Por este motivo, los líderes de Lituania, Letonia y Estonia, así como el resto de socios de la UE, se mostraron en contra de Nord Stream II. Por parte de Bruselas, el comisario de energía, Miguel Arias Cañete, denuncia que el proyecto contradice la iniciativa europea de diversificación de fuentes de energía y que “pone en peligro el abastecimiento de países vecinos de Rusia que dependen de su gas”. Asimismo, Cañete asegura también que “desde un punto de vista de seguridad energética, el proyecto no aporta nada”. Por su parte, el ministro de Economía y Energía de Letonia considera que se les ha ignorado en el diseño de este plan.
Lo cierto es que, con o sin países intermediarios, Europa sigue dependiendo del gas ruso, en un contexto de creciente tensión con el país vecino. Las reservas de gas de la Federación son de 47 millones, mientras que las mayores que son explotadas en la UE son de 1.900 millones, en Oslo, y de los Países Bajos, donde se prevé que se reduzca un 50% para 2020. Europa centra sus esperanzas ahora en los nuevos yacimientos encontrados en Egipto, Chipre e Israel, para conseguir diversificar su abastecimiento de energía.
Así pues, se puede observar cómo tanto en los temas de seguridad y de economía en los que pretenden cooperar EEUU y los países Bálticos, subyace la creciente tensión de occidente con Rusia. No es de extrañar, por tanto, que de la cumbre se obtengan iniciativas o medidas que tengan como fin fortalecerse frente a Moscú. Queda ahora estar pendiente de si las tropas estadounidenses aumentarán en el Báltico, un hecho al mismo tiempo disgustaría al Kremlin y que podría provocar alguna reacción por su parte, o los posibles acuerdos internacionales que se alcancen. La cumbre EEUU-Bálticos es menos inocente de lo que en un principio puede parecer.