La verdad es que a ninguno de nosotros nos gusta sudar. En nuestro mundo actual, sudar es sinónimo de calor, incomodidad, malos olores y aspecto desagradable. No nos gusta. Punto. Y esa es la razón por la que este fenómeno del cuerpo nos resulta desagradable y, en algunos casos, hasta asqueroso.
Por qué sudar es bueno para el cuerpo
En el cuerpo hay millones de glándulas sudoríparas, unas de tipo ecrina y otras de tipo apocrinas. Las apocrinas encuentran en axilas, área genital y cuero cabelludo, las primeras están esparcidas por toda la piel.
Las ecrina su más evidente función del sudor es controlar la temperatura corporal. Cuando la temperatura del organismo se eleva, digamos, por ejemplo, por el calor del verano, las glándulas sudoríparas segregan agua para refrescarnos y volver a enfriar el cuerpo. De ahí que el ejercicio, que causa calor, provoque la sudoración.
Pero aunque esta es la función principal del sudor, no es, ni de cerca, el único beneficio. Así que ahora, vea esta lista. Le aseguro que comenzará a percibir la sudoración de una manera muy distinta:
-El sudor equilibra la temperatura corporal.
-Desintoxica los poros, de manera que resulta ideal en el control de acné y espinillas.
-Relaja y reduce el estrés corporal.
-Activa la circulación sanguínea.
-Elimina virus y bacterias sensibles a temperaturas inferiores
-Ayuda a curar heridas gracias a la presencia de células madre en las glándulas endocrinas.
-Libera toxinas de nuestro cuerpo. Excreta cadmio, metales, tóxicos, mercurio, bisfenol A (BPA), químicos retardantes.
-Mejora la función de la tiroides.
-Previene los cálculos renales, pues el sudor elimina sal.
-Tiene propiedades antibióticas gracias a la presencia de dermicina, un antibiótico presente en el sudor, el cual también interviene en el siguiente punto:
-Ayuda a mejorar problemas como la dermatitis atópica.
Por todo esto, es bueno hacer ejercicios que nos lleven a sudar, pero es estupendo también practicar la costumbre de visitar la sauna de vez en cuando, pues este limpiará nuestra piel y nos ayudará a mejorar nuestra salud en general.
Al sudar, el cuerpo no solo pierde líquido y, a la vez, volumen sanguíneo, también, electrolitos como sodio, magnesio, potasio, calcio y cloro. Estas son sustancias que el organismo requiere para funcionar correctamente. Hay gente que suda grandes cantidades de líquido, pero que no pierde grandes cantidades de sales minerales. Entonces, su deshidratación es hipertónica. Otros sudan poco pero, cada gota sale muy concentrada de electrolitos. De hecho, al secarse, suelen quedar “escarchados” y al tocar su piel se siente como áspera, como si estuvieran llenos de arena. Este tipo de deshidratación es hipotónica. Un tercer grupo pierde similar proporción de líquido y electrolitos y tienen una deshidratación isotónica.
-Deshidratación es hipertónica: La deshidratación se produce cuando nuestro cuerpo utiliza o pierde más líquido del que ingiere, por lo que no tiene suficiente agua para realizar sus funciones.
-Deshidratación hipotónica: En este caso se pierde proporcionalmente más sodio que agua, como ocurre en casos de alta sudoración o de pérdidas de agua gastrointestinales, o cuando el déficit de agua y de electrolitos se trata sólo con reposición de agua. Se caracteriza por un intercambio osmótico de líquido desde la región extracelular a la región intracelular. También se produce cuando se ingiere demasiada cantidad de agua u otros líquidos sin ningún o con muy poco contenido de sodio. Este tipo de deshidratación se produce en un 10 – 15% de los casos pediátricos de deshidratación con diarrea. Esta complicación puede producir la muerte si conlleva una inflamación que causa presión en el cerebro (edema cerebral). Este tipo de deshidratación se conoce como hiponatremia.
-Deshidratación isotónica: Se caracteriza por una pérdida equitativa de agua y de solutos del líquido extracelular, es decir, se pierde agua y sodio en cantidades en las proporciones idénticas, lo que suele ocurrir en casos de vómitos, diarrea o de una ingesta insuficiente. No se produce un intercambio osmótico de agua del espacio intracelular al espacio extracelular. Se trata del tipo de deshidratación frecuente en niños pequeños.
Existen pruebas a nivel de laboratorio que permiten conocer qué tipo de deshidratación tiene cada persona con el fin de determinar el tipo de rehidratación que requiere.