"Apenas tiene vida social, solo sale de casa para ir al instituto", confiesa la familia de un adolescente de la localidad granadina de Iznalloz que, con 13 años, fue al peluquero del pueblo para que le tiñera el pelo de blanco y acabó en el servicio de Urgencias del Hospital Virgen de las Nieves con el cabello abrasado y quemaduras de segundo grado. El tremendo error se acaba de saldar con una condena al barbero. El Juzgado de Primera Instancia número 6 de Granada ha fallado que el hombre deberá indemnizar al menor con la cantidad de 7.192 euros. Los padres de la víctima recurrieron a la vía judicial porque el peluquero carecía de seguro de responsabilidad civil. "Me quería teñir el pelo para Pascua. Vi un tinte de color blanco en Instagram y me gustó", recuerda ahora el joven en una entrevista concedida al diario digital El Español.
"Durante un mes llevé la cabeza vendada y las bromas me hacían sentir muy mal", admite el chico, que fue objeto de escarnio en el colegio por las lesiones físicas y las secuelas estéticas que sufrió. "Veinte veces le pedí que me quitase el tinte y no me hizo caso", explica rememorando el día 26 de diciembre de 2017, fecha en la que se produjeron los hechos. "Me molestaba tanto que me lo quité todo, me enjuagué la cabeza con agua fría y mi pelo se empezó a caer como si fuese paja". Su melena negra terminó literalmente hecha cenizas y le salieron pompas en la piel "porque la tenía en carne viva y estaba sangrando". En el juicio se aportó un informe de salud mental que determina que el menor padece una "reacción de adaptación". Según los forenses, "de forma somera, puede entenderse como un trastorno de adaptación, constituyendo una reacción emocional o de comportamiento ante un evento o un cambio estresante".
Harto de las burlas e insultos, el joven, que además tiene "un sesenta por ciento de sordera", dejó de ir a clase en el curso 2017-2018. A todo esto, el peluquero se presentó en su casa para "pedir disculpas, devolver los 20 euros del tinte y pagar la gasolina por los desplazamientos para el tratamiento médico". Durante el juicio, el dueño de la barbería negó lo sucedido. La sentencia recoge que aseguró "haber terminado el tinte adecuadamente, sin que se produjera ningún incidente, teniendo conocimiento de los hechos al día siguiente". Pero en el fallo, la jueza se adhiere íntegramente al informe técnico pericial aportado por la acusación particular, que establece que el origen de las lesiones "eran unas quemaduras resultantes de aplicar un producto químico en el pelo", y condena al peluquero a abonar una indemnización de 6.692 euros y otros 500 por daño moral.
Para cualquier tipo de secuela estética, fisiológica o cualquier otro daño personal, los abogados de la defensa siempre recurren al baremo de los accidentes de tráfico, pero la novedad de esta sentencia es que, además, el juzgado ha reconocido un daño moral complementario de 500 euros por el riesgo para la salud que corrió el adolescente al tener que acudir incluso a las urgencias de un hospital por la aplicación de un tinte. La familia del chico se muestra agradecida a la justicia por el fallo condenatorio, pero insiste en que desde que sufrió esas secuelas estéticas tras abrasarle su peluquero el cuero cabelludo con unas mechas, el chaval no ha vuelto a ser el mismo.