Como cada año los vitorianos han dado la bienvenida a la fiesta participando en la calles del centro de la ciudad y en absoluto silencio en el Rosario de la Aurora.
Tras la procesión, blusas y neskas se han dirigido a la balconada de la Iglesia de San Miguel para hacer su tradicional ofrenda floral a la patrona, quien sigue las fiestas desde su vitrina.
En la visita a la Virgen Blanca no ha faltado el ” aurresku” de honor, tras el que la música de las charangas ha comenzado a oírse por las calles más concurridas de la ciudad.
Este año Vitoria es la única capital vasca sin toros, pero no sin vaquillas, que han vuelto a salir al coso del Iradier Arena, recinto que por la tarde ha cambiado las corridas por un espectáculo de pruebas al estilo televisivo ” Humor Amarillo”. Los detractores de la tauromaquia, llamados por el partido ecologista Equo, lo han celebrado con un ” photocall” en las inmediaciones de la plaza, por el que han pasado los que se alegran de que este año el Iradier Arena haya cambiado su uso.
El tradicional ” paseíllo” ha pasado a llamarse ” Kalejira”. Las primeras en salir han sido las siete agrupaciones que conforman la Federación, agrupación escindida tras un conflicto por la manera de mostrar el rechazo a las agresiones sexuales que se vivió entre las cuadrillas durante las fiestas del pasado año.
Gigantes, cabezudos, actividades para los pequeños, bertsolaris y ofertas de todo tipo han completado la lista de propuestas festivas en esta jornada.