Rocío, contar la verdad para seguir viva, sigue siendo un fenómeno televisivo desde su estreno el pasado 22 de marzo. Desde políticos, celebridades y estrellas del cine y la tv, hasta periodistas, presentadores, colaboradores y público en general, son partícipes de este evento que, en Telecinco, anunciaron como el final de “la mayor mentira de la historia del corazón”.
No es para menos. Desde que Rociíto quiso divorciarse de Antonio David Flores, son muchas las cosas que han ocurrido, de las cuales solo se había tenido conocimiento de una parte de la versión: la del malagueño. El ex guardia civil ha colaborado con la prensa rosa desde 1999, y en una columna anterior, desvelamos el dinero que habría obtenido por su participación en programas de tv, visitas a los platós y exclusivas a revistas: la nada despreciable suma de 5 millones de euros. Así como él, muchos miembros del clan Jurado Mohedano también han hecho carrera en la televisión tras el fallecimiento de Rocío Jurado.
Es por eso que, ahora que Rociíto decidió contar su verdad, su versión ha destruido los cimientos de una historia que, hasta hace poco, la tenía a ella como victimaria, la mala de la película. Aunque sigue teniendo detractores, muchos han decidido concederle, al menos, el beneficio de la duda. Este próximo miércoles estará en vivo enfrentándose a las preguntas que su serie documental ha levantado, así como los comentarios que se han hecho por redes sociales y a las versiones dadas por algunos de sus familiares con la intención de desmentirla ¿podrá sortear estos obstáculos? Eso está por verse.
Rocío Flores tendió, otra vez y de manera pública, un puente para hablar con su madre
Sin embargo, hay un hecho que ha vuelto a salir y que tiene a presentadores, colaboradores y televidentes con la duda: la nula relación con sus hijos. El viernes pasado, Rocío Flores, su hija, y quien firmó un jugoso contrato para participar en “El programa de Ana Rosa”, hizo una afirmación que dejó a más de uno descolocado (se filtró que una de sus condiciones para aceptar el contrato, era no hablar nada acerca de lo que está diciendo su madre en el documental, y aun así lo hizo).
La hija de Antonio David y Rocío Carrasco aseguró conocer “perfectamente” a sus padres y estar consciente de las cosas que ha vivido con ambos. Agregó también que en diciembre pasado llamó a su madre, al igual que el pasado jueves 15 de abril, obteniendo la misma respuesta: no le contesta el teléfono.
“Veo que la única forma de poder contactar es públicamente. Te lo digo a ti, mamá, lo he intentado por activa y pasiva, he intentado contactar en privado. Mi hermano David Flores está sufriendo. Vamos a aclarar las cosas, no puedo más. Mamá, a tus hijos no te los ha arrancado nadie, estamos aquí, levanta el teléfono, llámanos, siéntate con nosotros, habla con nosotros en casa, vamos a aclarar las cosas, no quiero más dolor, ya no puedo más”, afirmó entre lágrimas. Aunque logró que parte de la opinión pública se posicionara a su favor y detestara a su madre.
Los televidentes más avispados aseguraron que, detrás de ese mensaje, estaba la intención por parte de Flores de impedir que la serie documental continuara: los episodios que vienen tratarán sobre los maltratos que recibió Rociíto por parte de su hija, que terminaron en una paliza que la joven, en ese momento de 15 años, le propinó a su madre y que los juzgados la declararon culpable del hecho. Tampoco se entiende el hecho de que, cuando su padre hablaba de su madre, en ningún momento salió a impedirlo, cosa que sí está haciendo con su madre.
Pero ¿por qué Rocío Carrasco no contesta los llamados a la reconciliación de su hija?
Esa sigue siendo la gran pregunta. En “Socialité” trataron de resolver esa inquietud, por lo que la producción se encargó de contactar a un educador social que reveló que, cuando Rocío Flores fue encontrada culpable por maltrato habitual a su madre en 2012, esta se negó a realizar un “proceso de mediación”. Esto lo que significa es que, el culpable, debe reconocer los hechos que le fueron imputados y demostrados en el tribunal, y que terminaría en un perdón hacia la víctima de maltrato, en este caso, su madre. “Si no hay perdón es que no es consciente de lo que le ha causado a su madre”, aseguró el educador social. También agregó que está casi seguro que, por recomendación de su terapeuta, Rocío Carrasco tiene aconsejado, por el bien de ambas: madre e hija, que hasta que su hija no reconozca el daño que le causó, no debe hablar con ella.