A pocos días de casarse con Miguel Marcos, Belén Esteban ha confesado que no está atravensando por su mejor momento. La colaboradora de Sálvame ha asegurado que lleva unos días sumida en la tristeza y que espera levantar el ánimo de cara al 22 de junio, fecha en la que tendrá lugar la llamada boda del siglo.
Una revelación que ha echo saltar las alarmas tanto de su futuro marido como de sus familiares y amigos tras conocer que la rubia más famosa de España acumula varios días pensando en todos aquellos que no están, sin poder quitárselos de la cabeza y sin poder disfrutar de su pre boda.
En palabras de la de San Blas, “me acuerdo de la gente que no está. Tengo días buenos, días malos, pero sobre todo estoy emocionada. La ausencia de mi padre, la de mi abuela y esas… Las más importantes. Sobre todo mi padre. Pero bueno, viene mucha gente que me quiere”.
Cabe recordar que a esto se le suma el reciente ingreso hospitario de su hermano, aquejado de fibromialgia, y que tiene preocupadísima a la Esteban. Y es que, la posibilidad de que este no acuda a la boda, no deja de aumentar, lo que se convertiría en un todo un mazazo para una Belén que no parece llegar muy deliz al que debería ser el día más importante de su vida.