Dicen los grandes ganadores de la historia que ningún triunfo se ha cimentado sobre la improvisación. Que una cosa es que parezca fácil, y otra que lo sea. Y es que en eso consiste, en preparar en silencio hasta el más mínimo detalle, en busca del resultado final: La victoria.
Y eso es precisamente lo que ha estado pensando también Kiko Rivera desde que le confirmaron el interés de la productora de Gran Hermano Dúo por contar con él como concursante estrella junto a su pareja Irene Rosales, quien todo hace indicar tampoco estaría viéndolas venir.
Uno de los puntos álgidos de la estrategia del hijo de Isabel Pantoja habría tenido lugar en las últimas horas. Era entonces cuando decidía desvelar a todo el mundo su problema de adicción con las drogas. Un drama personal que podría haber contado antes, pero que decidía hacerlo, completamente consciente, dentro de la casa de Guadalix de la Sierra.
Sabedor de que los dramas personales sobrecogen a la audiencia y la aproximan al afectado, a quien se tiende a apoyar de forma insconciente, Paquirrín mostraba su gran arma en GH Dúo a la espera de que, en las próximas fechas, vaya revelando datos de su calvario, a goteo, mientras lo salpica con otros asuntos personales con los que pretende conmover a los fans del reality show. Veremos si le sale bien y la audiencia le compra la estrategia… o no.