Tal día como hoy, pero de 2013, el argentino Jorge Bergoglio se convertía en el Papa número 266 de la Iglesia Católica, bajo el nombre de Francisco. Cinco años después, el Pontífice celebra este aniversario de forma privada y siguiendo la sintonía de austeridad y discreción de su pontificado.
Francisco llegó a la sede de Roma con 76 años, tras la primera renuncia papal de la Historia, la de Benedicto XVI. La decisión del Cónclave marcaría un antes y un después, quizá incluso más grande de lo esperado.
A lo largo de estos 5 años de pontificado, Francisco se ha ganado las críticas de algunos de los sectores más radicales de la Iglesia, sobre todo al principio, cuando Bergoblio decidió romper con algunas de las tradiciones papales. Y es que Francisco no vive ni ha vivido nunca en la residencia papal, su hogar sigue siendo la residencia Santa Marta, donde se alojó durante el Cónclave.
La elección de Jorge Bergoglio como Papa implicó dos hechos sin precedentes, ya que Francisco es el primer pontífice americano y, también, el primer jesuita que ocupa la sede de Pedro.
Ese espíritu de jesuíta ha sido, probablemente, lo que ha marcado más su pontificado. Francisco ha renovado la forma de entender la religión Católica, haciendo especial hincapié en valores como la humildad, la austeridad o la misericordia. Todo ello ha provocado que se haya ganado la admiración y el respeto de la mayoría de la población mundial, incluso de aquellos más críticos con la Iglesia y de aquellos a los que él más critica.
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Y es que si algo caracteriza a Francisco es que dice lo que tenga que decir, aunque sepa que no va a gustar. Su valentía hizo que diese, incluso, un toque de atención a Donald Trump con el tema del medio ambiente, con el que el Pontífice está muy concienciado.
Porque si de algo no hay duda es de que Francisco está siendo el Papa de los temas controvertidos. Gran parte del apoyo que está ganando se debe a su tolerancia cero ante los casos de abusos sexuales, por los que ya ha pedido perdón en más de una ocasión y con cuyas víctimas se ha reunido. Además, Francisco ha abierto la Iglesia a homosexuales católicos, divorciados y personas de otras religiones, a los que acoge y escucha.
Otro tema controvertido que afronta el Papa es el del papel de las mujeres en la Iglesia. Francisco ha defendido en varias ocasiones su labor e importancia dentro de la religión católica. De hecho, recientemente, no ha dudado en criticar el papel de cierta servidumbre que tienen algunas monjas con obispos y cardenales. Además, el Pontífice no ha dudado en integrar a más mujeres y más laicos dentro de las instituciones y organismos del Vaticano.
Pero esta renovación y este aperturismo por parte de Francisco no han hecho que el Papa se desligue de los valores tradicionales de la Iglesia. Francisco se mantiene firme en asuntos como la defensa de la vida en todo momento o los dogmas de fe. Además, ha reforzado la labor de la Iglesia con los más pobres, a los que él no duda, incluso, en atender y visitar de forma personal.
Y si Juan Pablo II fue el Papa de los medios de comunicación, Francisco es el rey de las redes sociales. El Papa se ha adaptado a los tiempos modernos, no solo en ideas, si no también en tecnología. Decenas de millones de personas le siguen en Twitter y más de 5 millones lo hacen en Instagram.