El detective privado Kevin Halligen, famoso por investigar la desaparición de Madeleine McCann, fue encontrado muerto la pasada semana, en su vivienda en el condado de Surrey, en Inglaterra. Halligen falleció hace una semana, pero la noticia ha trascendido en las últimas horas.
Kevin Halligen se hizo conocido después de que la familia McCann contratase sus servicios para tratar de encontrar a la pequeña Madeleine, desaparecida en 2007. El detective, de 56 años, se hizo cargo de la investigación, por la que su empresa cobró unos 345 euros. Sin embargo, tiempo después, la familia McCann decidió prescindir de sus servicios, asegurando que Halligen no había hecho su trabajo.
Tras ser despedido por los McCann, Halligen fue acusado por la opinión pública de lucrarse gracias a los donativos que la gente hacía para ayudar en el caso. También planeó sobre él la sombra de la estafa. Es más, llegó a ser extraditado de Reino Unido a Estados Unidos, donde fue acusado y condenado por estafar más de un millón de libras en 2012.
Tras la condena, Halligen cayó en el alcoholismo. De hecho, su cuerpo fue encontrado rodeado de sangre y de botellas vacías. La policía, sin embargo, aún no ha confirmado la causa de la muerte.