El sábado por la noche un juez federal de Brooklyn, Nueva York, emitió una sentencia para impedir la deportación de viajeros de siete países de mayoría musulmana que habían ingresado en el país. El motivo de esa detención fue la orden ejecutiva que había firmado Donald Trump al respecto de la inmigración, que detenía a los refugiados en Estados Unidos por 120 días y prohibía la entrada a los ciudadanos de Irak, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen durante 90 días. La jueza, Ann Donnelly, afirmaba que “existe un peligro inminente de que, en ausencia de la suspensión de la expulsión, haya lesiones sustanciales e irreparables para los refugiados, los titulares de visados y otras personas de países sujetos al Decreto del 27 de enero de 2017″, dijo la Juez de Distrito Ann Donnelly En su fallo.
A Donnelly se le han sumado 16 de los 22 fiscales generales del Partido Demócrata que han firmado un comunicado en el que afirman que vana trabajar “para que las menores personas posibles padezcan esta caótica situación”. En total, han sido 109 las personas que han sido arrestadas.
Manifestaciones
Por otro lado, los ciudadanos se echaron a la calle en diferentes manifestaciones. En Washington, miles de personas se concentraron delante de la Casa Blanca. Reince Priebus, jefe de gabinete del presidente americano, trató de arrojar normalidad al asunto: “Ayer entraron 325 personas en Estados Unidos y sólo 109 fueron detenidas para ser interrogadas de forma más exhaustiva”.