“Ocho semanas después de las elecciones generales no se ha logrado aún un resultado en las conversaciones para formar Gobierno. Estamos ante una situación que nunca se ha dado en la historia de Alemania, en casi 70 años”, ha defendido el jefe del Estado alemán, después de reunirse con la canciller Angela Merkel para analizar la situación, tras la decisión de los liberales de abandonar la mesa de negociaciones con los conservadores y Los Verdes.
“Formar gobierno siempre fue un proceso difícil”, ha reconocido Steinmeier, que ha recordado que el electorado depositó en los partidos políticos la responsabilidad para formar gobierno, “una responsabilidad que no se puede descartar sencillamente y no se puede simplemente devolver al electorado”.
POSIBLES ESCENARIOS PARA MERKEL
Si no logra encontrar socios de coalición, tiene la baza de gobernar en minoría. La Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel fue el partido más votado en las elecciones del 24 de septiembre, pero no obtuvo los votos suficientes para liderar en mayoría.
Otra opción, descartada por ahora por Steinmeier, es la repetición de las elecciones. En Alemania, el presidente es el que está llamado a tomar la iniciativa para proponer a un candidato para el cargo de canciller. Según estipula la ley, debe hacerlo “dentro de un plazo razonable”.
La ley recoge que independientemente de si las formaciones han logrado o no ponerse de acuerdo para formar Gobierno, el presidente nombrará a un aspirante que se someterá al voto del Bundestag. En la primera votación, se exigirá que el candidato haya sido votado por mayoría absoluta.
Si no logra la mayoría absoluta, el Bundestag dispone de dos semanas para, dado el caso, elegir a otra persona. Aquí también se exigirá que sea votado con mayoría absoluta. De no lograrse tendría lugar una última votación en la que sería suficiente con una mayoría relativa. Así, se convertiría en canciller aquel candidato que logre el mayor número de votos.