Se han escuchado un sinfín de historias personales y una de estas es César Millán, un pobre granjero mexicano que con 21 años cruzó la frontera clandestinamente con tan sólo 100 dólares en el bolsillo y quien a pesar de casi no hablar inglés, utilizó sus profundos conocimientos sobre cómo tratar a los perros para construirse un camino en el que ha amasado una fortuna personal estimada en unos 20 millones de euros.
Un éxito que ha logrado con esfuerzo con su aparición en televisión, conjuntamente como escritor y profesor a través de sus cursos. Pero nada de esto hubiese sido posible si en sus primeros tiempos en Los Ángeles no se hubiese topado con Jada Pinkett Smith. Ella le conoció cuando él lavaba perros y coches le contó con un inglés medio hispano y señas sus sueños, a lo que ella respondió que la llave de todo estaba en que aprendiera inglés. Ella se lo llevó a su casa y le pagó un año de clases particulares. “Como devolución, yo le enseñé cómo tratar a una manada de perros. En su mundo, ella es la líder de su manada, pero con sus perros es diferente”, explica Millán en una entrevista donde promociona Halo, un collar inteligente del que participó de su diseño. Según el autodenominado psicólogo canino, “los perros de esa manada no saben que viven con Will Smith y Jada Pinkett Smith. Solo saben que la energía que ella proyecta es sana y segura. Y eso es lo que yo enseño, le explico a la gente sobre la energía humana, cómo comunicarse con el perro y esa es la base del entrenamiento”.
Según César, que contó muchos de sus momentos oscuros en el programa de su descubridora en Facebook, Jada es una gran estudiante y se tomó muy en serio sus enseñanzas: “Ella tiene muchos perros por lo que debe entender cómo funciona la energía para poder controlarles. Un estímulo de más puede hacer que se escapen o que se peleen entre ellos”. Así mismo, cabe destacar que en la actualidad César fue convocado para ayudar a que los perros del actual presidente Biden se adapten a su nueva vida en la Casa Blanca.
Millán atribuye sus conocimientos a haberse criado en una humilde granja de Sinaloa. Ha escrito tres libros que se convirtieron en best sellers: “Yo me di cuenta de que mi abuelo tenía ese talento, no que lo tuviese yo. Y aprendí todo de él. Mi abuelo no sabía cómo lo hacía y yo solo le imitaba. La diferencia entre él y yo es que yo me convertí en un maestro que podía explicar las cosas. Mi abuelo era pura energía y sabía comunicarse con todos los animales, no solo con los perros. Esa es la razón por la que un perro de campo es más social que uno de ciudad, porque tiene que comunicarse con la vaca, el burro, el caballo, la cabra… el de ciudad en cambio solo conoce perros”, explica.
Su programa de televisión se convirtió en un éxito instantáneo no solo en América, también alrededor del mundo, ya que llegó a emitirse en más de 50 países.
Pero, una fama que se tiñó de gris con dos graves acontecimientos en el 2010 la muerte de su perro preferido de raza pitbull Daddy y el divorcio con su esposa, Ilusión Wilson, con quien tiene dos hijos, le hicieron caer en una profunda depresión que lo llevó a tratar de suicidarse: “Los animales sufren, luego lo superan y aprenden a no repetir las cosas. Después del sufrimiento llega la sabiduría. En mi caso, el objetivo de mi vida era rehabilitar perros pero para poder ayudar a los humanos tuve que pasar por mi propia experiencia dolorosa. Ahora cuando hablo con otra persona le puedo decir que entiendo su dolor, porque yo lo experimenté. Ahora digo que entreno humanos. Ni siquiera necesitas tener un perro para venir a verme. Es incluso mejor que no tengas uno, para que pueda curar tu energía”, dice quien no solo logró recuperarse sino que ha vuelto mucho mejor preparado.
Un documental realizado en el 2012, César Millán, la historia real , puede verse en Disney+, y quien quiera aprender de su talento puede participar de los cursos que dicta desde Dog Psychology Center al norte de Los Ángeles junto a un equipo de seis entrenadores.