Los miembros de la alianza FSD (Fuerzas de Siria Democrática) ha anunciado este martes, 17 de octubre, la toma del Hospital Nacional de Raqqa, uno de los últimos bastiones que quedan en pie de Estado Islámico en la ciudad, ubicada al norte de Siria. A través de las redes sociales se ha podido ver cómo, después de la toma, los luchadores han retirado una de las banderas que Daesh que ondeaba en el centro de la ciudad, símbolo de que había sido liberada tras cuatro años de conflicto, según ha confirmado también el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha explicado.
Following the liberation of the National Hospital in Raqqa, #SDF fighters take down Daesh flag raised in the centre of the city. #Raqqa #YPG pic.twitter.com/KxAExutHIR
— Rojava Defense Units (@DefenseUnits) 17 de octubre de 2017
Por otro lado, a través de su página web, los miembros de la FSD también han anunciado que 22 yihadistas resultaron muertos en los combates, si bien aún existen algunos núcleos formados por yihadistas en la zona. Paralelamente, el portavoz estadounidense de la coalición ha informado a través de su cuenta oficial de Twitter de que los miembros de la FSD – formada por milicias kurdas y árabes y con el respaldo de una alianza internacional encabezada por Estados Unidos – ya controlan el 90% del territorio de Raqqa, sobre el que llevan luchando desde el mes de junio.
#SDF control 90% of #Raqqa; fully take Al-Naim circle, once infamous #ISIS setting for public executions/murder. #defeatDaesh @CJTFOIR pic.twitter.com/LHVSpMc4Qi
— OIR Spokesman (@OIRSpox) 17 de octubre de 2017
Esta ciudad siria se había convertido en la capital de autodenominado «califato» de Estado Islámico. Durante el fin de semana, la victoria de las milicias se consideraba ya un hecho y el anuncio del final de la ofensiva se esperaba que tuviera lugar en «horas o días», según apuntaba el líder político de la facción Ilham Ahmed. Fue el pasado domingo cuando comenzó el asalto final – conocida como la ‘Batalla del Mártir Adnan Abu Amyad’ – para recuperar la que fue la primera ciudad tomada por Estado Islámico cuando lanzó su ofensiva en Siria e Irak en 2014 y que hasta ahora, había servido como centro de operaciones de Daesh y desde donde se habían planificado varios atentados contra diferentes países, entre ellos Europa.