El prestigioso Festival de Viña del Mar que se viene celebrando en esta ciudad de Chile desde 1960, se inauguró en medio de un ambiente dominado por la tensión por las protestas y enfrentamientos que han habido con los cuerpos de seguridad.
Las zonas aledañas al recinto en donde se llevan a cabo las presentaciones, se han convertido en escenario de disturbios, como parte de las movilizaciones callejeras que han sumido a Chile en el caos en estos últimos cuatro meses, y que han sido convocadas desde hace días, buscando suspender el Festival, tomándose los manifestantes la representación de un pueblo que está cansado de tanto caos.
Los disturbios que pretenden suspender el Festival
Desde diferentes puntos de la ciudad se movilizaron los manifestantes que están pidiendo justicia social, y para ello buscan suspender el Festival, que atrae a turistas de varias partes del continentes y se convierte en una fuente de ingresos para muchas familias de la ciudad. Los manifestantes se encontraron con los cuerpos de seguridad con camiones blindados, para lanzar chorros de agua a presión y bombas lacrimógenas.
Los manifestantes en forma pacifica encendieron hogueras y quemaron algunos coches, que tenían dueño, y provocaron la evacuación del hotel en donde se alojan los artistas, los periodistas que cubre el Festival y los trabajadores del hotel y del propio Festival.
Los defensores de los derechos humanos se encontraban en la protesta, clamando por justicias social y reclamándole a la clase política por reprimir los disturbios, ya que solo se habían quemado algunos coches y se habían hechos amenazas de saqueos y de provocación de incendios, que finalmente se concretaron en contra de algunos locales comerciales de la zona y de algunas instituciones.
A pesar de los disturbios, a la Quinta Vergara seguía llegando el público normalmente, estando casi llena en su totalidad antes del inicio del espectáculo.
Ricky Martin abrió el espectáculo
El cantante puertorriqueño fue el primero en actuar en el escenario de la Quinta Vergara, en la primera jornada de las seis que conforman el Festival de Viña del Mar, ante un foro completamente lleno.
El cantante se dejó contagiar por la ola de protestas, y luego de declarar su admiración por el pueblo chileno, apoyó las protestas como mecanismo para hacerle llegar a los líderes políticos las demandas y necesidades de la población, pero recalcando que las protestas son válidas siempre que sean en orden, sin disturbios para que no se propicien actos de vandalismo.
Luego de la actuación de Ricky Martin, el espectáculo continuó con la presentación de Maroon 5, Pablo Alborán y Ozuna.
La seguridad del público ante los disturbios
Ante las protestas que se han venido presentando y las amenazas de sabotear el Festival, los organizadores crearon un operativo especial para garantizar el acceso del público a la Quinta Vergara, y evitar que los disturbios afecten el desarrollo de los conciertos.
Entre las medidas de seguridad que se han implementado para ingresar al recinto del Festival de Viña del Mar, se incluyen el control de acceso de materiales peligrosos, y son semejantes a las que se toman en cualquier parte del mundo en este tipo de eventos. Tampoco se permitió en esta edición el uso de pancartas, según los organizadores para evitar la obstrucción de la visibilidad, pero la verdadera intención fue la de impedir politizar el evento.
Varias organizaciones han preferido valerse de la notoriedad del Festival de Viña del Mar para organizar protestas que no impliquen daños a los bienes de las personas ni de la ciudad, como la iniciativa que le pide al público pintarse en la mano un ojo en señal de apoyo a las víctimas de trauma ocular.
