Su nombre científico es Angiostrongylus cantonensis. Se trata de un parásito con forma de gusano potencialmente mortífero que está expandiendo su presencia en Florida de una forma alarmante para los científicos. ¿Cómo lo hace? Pues gracias a la relación que mantienen ratas y caracoles. Estos últimos ingieren las heces de las ratas infectadas y, además, otras ratas comen caracoles que se han infectado, lo que establece un ciclo bastante peligroso. Los humanos pueden infectarse al consumir caracoles infectados o algunas ranas y crustáceos que también pueden portar el parásito.
Hawái
La enfermedad, conocida como agiostrongiliasis, preocupa mucho en este estado insular del Pacífico. Durante los últimos 20 años, se han registrado tan sólo dos casos de la enfermedad pero, durante los últimos meses, ya van seis.
Aunque las tasas de mortalidad no son muy elevadas, estos gusanos provocan una especie de meningitis, una infección grave que puede acabar en coma o incluso la muerte. Los síntomas más frecuentes son fiebres, vómitos, rigidez de cuello, dolor de cabeza y náuseas. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, no hay tratamiento para una infección de este tipo.
Florida
En FLorida, la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Florida y el Museo de Historia Natural de Florida han realizado un estudio en 18 condados, encontrando gusanos en cinco de ellos: Leon, Alachua, San Juan, Orange y Hillsborough. De un total de 171 ratas analizadas, se encontró el parásito en el 23 por ciento de ellas. “El parásito está aquí en Florida, y es un tema que necesita ser tratado con seriedad” dijo en una declaración Stockdale Walden, autor del estudio. “Lo cierto es que resulta probable que ya se encuentre en más condados de los que hemos podido hallarlo, y que se haya extendido en el sureste de Estados Unidos incluso más de lo que creemos. La capacidad de este nematodo históricamente subtropical para desarrollarse en un clima más templado es alarmante”.
A nivel mundial, se han contabilizado más de 2.800 casos aunque la cifra podría ser mayor dadas las dificultades para diagnosticarla o confundirla con otras enfermedades.
¿Qué se puede hacer?
Para reducir los riesgos de contraer el Angiostrongylus cantonensis se aconseja lavar los productos como las lechugas porque, entre sus hojas, pueden esconderse caracoles. Además, si estás en contacto con un caracol, especialmente niños, debes lavarte las manos.