Las autoridades belgas han identificado al hombre que hizo explotar una maleta repleta de clavos y bombonas de gas el martes en la estación central de Bruselas como Oussama Zariouh, un ciudadano de 36 años y origen marroquí al que no se le había detectado hasta ahora ninguna vinculación con el terrorismo islamista, aunque sí que estaba fichado en Bélgica por delitos menores. En concreto, fue señalado en una ocasión por consumir cannabis y apareció citado de forma indirecta, aunque no fue imputado, en un caso de homicidio.
De acuerdo a los indicios hallados por las autoridades en el registro de su apartamento han observado que tenía “simpatía” por el grupo terrorista Estado Islámico.
El sospechoso, que murió abatido tras intentar detonar una carga explosiva, vivía desde 2013 en el municipio bruselense de Molenbeek-Saint-Jean y llegó a regentar una tienda de telecomunicaciones en esta zona. También había trabajado como instalador.
La Policía cree que fue en su propio domicilio donde fabricó el artefacto con el que intentó atentar en una de las principales estaciones de ferrocarril de la capital europea.
“Se han encontrado, sobre todo, compuestos químicos y material que podría ser utilizado para fabricar un explosivo. Algunas pistas parecen demostrar que el sospechoso tenía simpatía por la organización terrorista Estado Islámico”, ha apuntado la fiscalía.
El ataque se produjo sobre las 20:44 horas del martes, cuando el asaltante hizo explotar una maleta “parcialmente” al colocarse junto a un grupo de personas, pero esta se incendió y la detonación no hirió a nadie.
Poco después, provocó una explosión más fuerte que tampoco produjo daños personales y el individuo salió corriendo hacia los andenes de la estación. Al volver atrás, intentó atacar a varios militares que patrullaban la estación y se abalanzó sobre uno de ellos al grito de “Allah Akbar” quien le abatió con varios disparos para defenderse.