Europa, desde el miércoles, amanece abrasada. Al menos así se esta viviendo en algunos países del Viejo Continente donde por ejemplo, en Francia, algunos colegios han cancelado las clases ante el temor por la alerta debida a las altas temperaturas. En Alemania, mientras tanto, se han impuesto límites de velocidad.
Y es que, la agencia metereológica alemana Deutscher Wetterdienst ha informado que el termómetro alcanza los 38,6ºC en Coschen, cerca de la frontera con Polonia, uno de los países más fríos del continenete. Mientras que el Instituto Hidrometereológico de la República Checa comenta que la temperatura rondaría los 38ºC en Doksany, un récord para esta localidad.
LA OLA DE CALOR AFECTA A GRAN PARTE DE EUROPA
Y queda más calor por llegar. El Ministerio de Transporte del estado de Sajonia-Anhalt, en el este de Alemania, limitó la velocidad hasta los 100km/h en varios tramos de autopista hasta que pase la ola de calor. ¿El motivo? Hay miedo a que el calor pueda provocar grietas en el trazado de la carretera, por lo que es conveniente conducir a menos velocidad.
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Por su parte, en España, el fenómeno meteorológico afecta a la Península Ibérica y a las islas Baleares desde el pasado miércoles 26 de junio. Y se prolongará durante toda la semana, o al menos hasta el próximo 1 de julio.
Llegarán a alcanzarse los 35ºC y en algunas zonas incluso los 40ºC. Este tipo de masa de aire llega a la Península después de un largo recorrido por el norte de África y se caracteriza por ser muy cálida, muy seca y con polvo en suspensión. Además, se notará una fuerte insolación propio de estas fechas.
Desde la ola de calor de agosto de 2017 no se vive algo semejante en toda Europa. Por entonces, los meteorólogos afirmaban que lo ocurrido no es algo normal. Las personas que sufrieron aquella ola de calor en Francia, España e Italia llamaron a este fenómeno Lucifer. Las temperaturas se elevaron hasta niveles récord durante varios días, provocando varios muertos e incendios forestales.
