Las últimas fotografías difundidas por Europol sitúan a Ridouan Taghi, de 41 años, holandés de origen marroquí, parece que está en un circuito de kars de Dubai, a bordo de un avión rumbo a Colombia y en un autobús en Bogotá. Su abogado lo desmiente, asegura que desconoce su paradero y sugiere que las imágenes que se han analizado podrían pertenecer a otra persona.
Último eslabón
Este solo es el último eslabón, que se sepa, de una cadena de persecución que comienza tras el asesinato de Hakim Changachi, de 31 años, en Overvecht, población de la ciudad de Utrecht (centro de los Países Bajos [Holanda]), en enero de 2017. La policía cree que Ridouan Taghi y su lugarteniente Saïd Razzouki, encargaron a Nabil B. asesinar a Khalid H., con el que tienen un problema con 60 kilos de cocaína, se trata de un narco que vive en el mismo apartamento que el finado Changachi. ¿Por qué mataron a Hakim Changachi en vez de a Khalid H?, pues porque se confundieron. Tres días después vuelven a la casa de Faustdreef, en Utrecht, pero el narco ha volado, temeroso de tener un rápido final.
Un error fatal
La cosa no queda ahí: los matones también se equivocan; el asunto se complica, porque Nabil B., acusado de organizar el crimen o al menos encargarlo a otros, por orden de Ridouan Taghi y Saïd Razzouki, es un buen amigo de la familia del muerto por error y teme que tomen represalias contra él. Así es que, asustado y acorralado por la investigación policial, decide colaborar con la Justicia holandesa y contar parte de lo que sabe, en un trato favorable a rebajar sus días en prisión.
Dos asesinados y un testigo protegido
Razón tenía Nabil B., al temerse lo peor. Si la confusión y muerte de su amigo Hakim Changachi se produce en enero de 2017, dos meses después, el 29 de marzo, cuando camina por Ámsterdam con su hermano Reduan éste cae abatido a tiros a plena luz del día (mese antes habían acribillado a otro de sus hermanos, en la puerta de su casa). Convertido en testigo protegido, Nabil B. pone el grito en el cielo y pide mayor protección para su familia, a la vista de los hechos; incluso, amenaza con retirar su colaboración inculpando a Ridouan Taghi y Saïd Razzouki en el crimen de Hakim Changachi.
La ley del silencio
Días más tarde de ese 29 de marzo, apresan a Hilversummer Shurandy S., de 40 años, quien confiesa la muerte de Reduan B., pero se niega a involucrar a Taghi y Saïd, aunque los agentes saben que el primero, jefe de la macromafia que asola Europa, ha dicho alto y claro que va a mandar a “dormir” a todos los traidores y sus familiares.
El 2 de octubre, la policía hace una redada en Nieuwegein, Vianen, Utrecht y Tiel, con bloqueo de todos los alrededores, donde apresan a 7 sospechosos del círculo de los fugitivos Taghi y Razzouki, a los que se les acusa del asesinato de Samir Erraghib, en IJsselstein. Además, 2 de los apresados (Achraf B. y Zakaria A.) son sospechosos de participar en el crimen del bloguero y ex narcotraficante, Martin Kok, a finales de 2016, en Laren.
Tiroteo en el café La Crème
El capo Taghi no pasa por buenos momentos. A 2 de sus hermanos les han detenido junto con el compinche Anouar B., acusados del tiroteo del café La Crème de Marrakech (Marruecos), el 2 de noviembre de 2017, cuando dos individuos (de nacionalidad holandesa, de 29 y 24 años) a bordo de una motocicleta, abrieron fuego en dirección al café y mataron al hijo del presidente del Tribunal de Apelaciones de Beni Mellal, e hirieron de gravedad a otras dos personas; la víctima estudiaba medicina. La muerte de este joven fue accidental; el objetivo era el dueño del café, un marroquí-holandés, de 52 años, con distintos negocios de hostelería en Tánger y Holanda (el The Capuccini, un club en Zoetermeer y el No Limit), supuestamente lavadoras de dinero proveniente del narcotráfico. El objetivo se libró; parece que el porcentaje de errores en los ajustes de cuentas es alto.
Funcionarios en el lío
Como consecuencia de la investigación, los agentes marroquís involucran al hermano del objetivo en la trama y, aún más, detienen a 10 funcionarios de la Royal Gendarmerie en varias ciudades, por su participación en las actividades de la red criminal internacional relacionada con el tiroteo del café La Crème en Marrakech. El juez interrogó a estos funcionarios, responsables de informar a la Real Gendarmería en Larache, Tánger y al puerto de Tánger Med, Tetuán, Agadir, Settat y Marrakech. En prisión preventiva, están acusados de corrupción, divulgación de secretos comerciales y participación en el tráfico internacional de drogas, todo ello gracias a las escuchas de más de 600 conversaciones telefónicas, de 100 personas presuntamente vinculadas al tiroteo.
Por 200 kilos de coca
A finales de octubre de 2018, apresan en Holanda a dos hermanos del lugarteniente Saïd Razzouki: Zaki y Mohanmmed; al primero con 2 armas y heroína; es otro capítulo más de una larga lista de muertos que comienza, en 2012, con un cargamento de 200 kilos de cocaína, llegado al puerto de Amberes (Bégica). La guerra entre dos bandas de narcos, los antillanos y los marroquís, ha comenzado. En aquel robo o vuelco del estupefaciente caen dos de los cabecillas: Son Naoufal F. y Benaouf A.
Reguero de sangre
Sólo en los últimos 4 años, desde 2014, más de 40 personas han sido asesinadas, entre ellos, el famoso narcotraficante antillano Gwenette Martha, que recibió unos 80 disparos, a plena luz y en mitad de una calle de Ámsterdam; o el holandés, de 23 años, Nabil Amzieb, cuya cabeza apareció colocada (marzo, 2016) a las puertas de una cafetería de Ámsterdam, el resto del cuerpo estaba dentro de un coche robado y en llamas, en la otra punta de Ámsterdam: Se suma el robo de un helicóptero, para liberar a uno de los líderes, Benaouf A., preso en Limburgo, cerca de la frontera con Alemania (nuevo intento fallido). Murad Garki, murió de un disparo en la frente, en la cafetería Riverside de la concurrida calle Rijnstraat de Ámsterdam; y también la joven Luana Luz Xavier, de 34 años, asesinada a tiros delante de sus hijos, en Amstelveen. Según las investigaciones, ella era la novia de Nagib, el Ziggy, miembro de una conocida mafia.
Y ¿Qué pasa en España? El narcotráfico no reconoce fronteras. Los holandeses de la ruta Costa Rica-Portugal-Badajoz-Málaga: 6.300 kilos de coca y 16 narcos. En otro capítulo.