Uno de los sectores al que más puede perjudicar la salida del Reino Unido de la Unión Europea es el del automóvil. Desde que se conoció el resultado a favor de abandonar el club europeo en el referéndum celebrado el año pasado, no han dejado de surgir voces críticas de diferentes constructores con una notable presencia en Gran Bretaña acerca del futuro de la industria.
El principal temor del sector es que la salida del Reino Unido de la Unión Europea tenga como consecuencia una subida en las tasas de exportación a los mercados europeos. En este sentido, la marca Nissan, a través de su máximo dirigente, Carlos Ghosn, insistió en que, si el gobierno británico no garantizaba que el Brexit no tendría consecuencias negativas en la industria, no podía seguir invirtiendo en su planta de Sunderland, en donde se produce un modelo tan importante para la marca como el Qashqai. Finalmente, esas garantías llegaron por parte del Primer Pinistro Theresa May y Nissan anunció la fabricación de la nueva generación de su popular SUV, así como la del todoterreno X-Trail.
Otros fabricantes también amenazaron con marcharse del Reino Unido tras el Brexit, entre ellos, BMW, cuyo consejero delegado, Harald Krueger, ha confesado hoy, en la conferencia anual de la marca con la prensa especializada, que está revisando la situación de sus plantas en Inglaterra y reconoció que tiene flexibilidad para trasladar la producción a otros lugares, si fuera necesario.
BMW tiene tres fábricas en Reino Unido. En Oxford, fabrica el Mini y en Goodwood, ensambla los Rolls Royce, mientras que en Hams Hall, construye motores. Krueger dijo ante los medios que “tenemos una red de producción que nos ofrece flexibilidad. El Reino Unido es un lugar muy importante para nosotros, pero todo dependerá de cómo se negocie la salida del país de la Unión Europea”.
La compañía bávara no descarta, por tanto, sacar sus fábricas del Reino Unido, al menos la de Oxford, donde produce el Mini. En este sentido, una de las posibilidades que contempla la casa teutona es la de trasladar su producción a la ciudad holandesa de Born o a Leipzing, en Alemania, donde se fabrican los modelos compactos de la Serie 1, cuya plataforma es similar a la empleada en el pequeño utilitario.