En pleno siglo XXI parece mentira que aún haya leyes que impidan la conducción a cualquier persona que sin ningún tipo de impedimento, ni mental ni físico, sea capaz de hacerlo.
Ya lo anunció el rey Salman en septiembre de 2017, pero no ha sido hasta este domingo 24 de junio que el sueño de muchas mujeres sauditas se ha hecho realidad. Un 'símbolo global de opresión', que solo ha sido rechazado por un aproximado 25% de la población saudí según han declarado algunos medios nacionales como Al Bawaba.
La iglesia sigue creyendo que es una mala idea
Por su parte, la rama eclesiástica del país sigue pensando que no es una buena idea dar ese "poder" a las mujeres, porque según sus propias declaraciones a los medios nacionales como el anteriormente citado, la prohibición se había mantenido por motivos como que el conducir fomentaba la promiscuidad, podía dañar los ovarios de las conductoras o haría incluso disminuir las ganas de reproducirse…
Las primeras marchas en contra de esta ley se llevaron a cabo ya en 1990, pero sin mucha aceptación por parte de la población, ya que únicamente 47 mujeres salieron a la calle a luchar por sus derechos. Ya con la subida al poder del príncipe Mohammed bin Salman, de 32 años, parece que se empezó a propiciar el cambio en la opinión saudí respecto a esta ley y a muchas otras que han empezado a ver la luz, como por ejemplo el acceso a cargos en los concejos locales por parte de las mujeres, que ya se llevó a cabo en el 2015.
[Sumario]
Aunque este cambio supone un gran avance en la indepencia de las mujeres sauditas, aún hay mucho camino por recorrer. En estos momentos, ellas aún no pueden:
- Salir de casa sin custodia. El llamado "hombre guardián", debe acompañarlas cada vez que salgan a la calle.
- Abrir una cuenta bancaria sin el permiso de su guardián.
- Bañarse en lugares públicos como piscinas o playas. Hay lugares específicos para que lo puedan hacer sin problema.
- Entrar en un cementerio. Al igual que las playas o piscinas, son solo lugares reservados para los hombres.
- Trabajar con hombres. No las consideran iguales, por lo que no pueden utilizar ni las mismas entradas.
- Probarse ropa en las tiendas. Aunque ahora las mujeres también pueden trabajar en dichos comercios, hasta 2012 solo lo hacían los hombres, por lo que tampoco se les permitía cambiarse teniéndolos cerca.
- Mostrar cualquier parte de su cuerpo, excepto cara y manos.
Aún queda mucho camino por recorrer, pero para las mujeres sauditas, este hecho ha sido un gran paso dado en su camino por defender sus derechos en un país donde lo tienen realmente complicado.