Trenton McKinley es un niño de 13 años de Alabama, en Estados Unidos, que ha sorprendido a los médicos despertando de un coma, tras dos meses en estado de muerte cerebral, y cuando ya se había acordado la donación de sus órganos.
Todo comenzó cuando un remolque volcó y cayó sobre la cabeza del menor, provocándole un grave traumatismo, con hasta siete fracturas en el cráneo. Los médicos diagnosticaron que el joven estaba en muerte cerebral y, al ver que no evolucionaba, recomendaron a los padres que desconectasen a Trenton y donasen sus órganos.
Con los papeles de la donación ya firmados, los médicos se dispusieron a comprobar, una vez más, que no había actividad cerebral, algo imprescindible para poder hacer la donación. La sorpresa llegó cuando las pruebas determinaron que sí había signos de que el cerebro de Trenton estaba vivo.
Estos signos fueron el comienzo de una larga recuperación. Hoy el menor no solo está despierto, si no que habla, camina y es capaz, incluso, de hacer ejercicios matemáticos.
Sin embargo, el camino no ha terminado. Trenton lidia día a día con dolores y convulsiones, aunque pronto será operado para reducir las secuelas de su accidente y ganar calidad de vida.
Mientras llega esa operación, el menor sigue luchando y se muestra optimista con su futuro y su recuperación. Asegura, además, que mientras estuvo inconsciente no sufrió, si no que sintió como si estuviese en el cielo.