Esta información ha sido confirmada hoy por el Fiscal General del país, Tarek William Saab.
Saab ha indicado en twitter que de los 68 fallecidos, 66 son hombres que estaban recluidos en estas instalaciones policiales y las otras dos, son mujeres que habían obtenido un permiso para visitar a sus familiares y pasar la noche allí. Ya se han hecho las autopsias y los cadáveres han sido entregados a las familias.
El diputado de la Asamblea Nacional, Juan Miguel Matheus, ha elevado a 78 el balance de víctimas mortales, asegurando que se trata de 68 reos y 10 mujeres que les estaban visitando. “Hay cadáveres que no han sido identificados porque quedaron calcinados”, ha manifestado al diario local “El Nacional”.
Las causas de la revuelta todavía se desconocen. Saab ha prometido “profundizar las investigaciones para esclarecer de forma inmediata estos dolorosos acontecimientos que han enlutado a decenas de familias venezolanas, así como establecer las responsabilidades a que haya lugar”. Para ello, ha designado cuatro fiscales.
La Diputada y Presidenta de la Comisión de Política Interior en la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, Delsa Solórzano, ha exigido “un pronunciamiento real” sobre el incendio y el motín y ha avanzado que propondrá que el Parlamento abra su propia investigación sobre los hechos.
Los motines en las cárceles venezolanas son frecuentes y se deben normalmente a la lucha entre facciones rivales por hacerse con el control del centro penitenciario.
La riña en Carabobo es una de las más graves de la historia penitenciaria en Venezuela.
Algunos familiares han acudido a la Comandancia de Policía, ubicada en Valencia, nada más conocer la noticia del motín para obtener información sobre el estado de sus parientes. Efectivos de Policía municipal y nacional y de la Guardia Nacional Bolivariana, han usado gases lacrimógenos para dispersarlos, según “El Nacional”. Además, el Sindicato Nacional de Trabajadores para la Prensa (SNTP) ha denunciado que los funcionarios de la Comisaría han agredido a tres periodistas e intentado obligar a varios reporteros a borrar el material que registraron sobre el enfrentamiento con los familiares.