México aporta una extraordinaria gastronomía al mundo, especialmente elaborada con su variadísima producción de frutos tropicales, que han sido los principales ingredientes de sus maravillosas recetas de cocina. Sus fascinantes dulces y su encantadora forma de preparación han abierto la curiosidad de millones de chefs y cocineros alrededor del mundo. La cocina mexicana sigue brillante y abriendo caminos sólidos hacia el avance de la industria turística del precioso país azteca.
¿Cómo preparar la gelatina de mango y naranja?
Para cocinar la gelatina de mango y naranja se necesitan dos paquetes de “Jello” de naranja, una y tres cuartos de taza de agua caliente, una taza de jarabe de mango de lata, una taza de la bebida gaseosa “Ginger Ale”, una lata grande de mangos rebanados escurridos del jarabe.
Se disuelven los dos paquetes de “Jello” de naranja en el agua bien caliente. Se agrega el líquido de la lata y, por último, la bebida gaseosa sabor a limón “Ginger Ale”. Cuando esta mezcla comienza a espesar, sin que cuaje, se colocan los mangos cortados en cuadritos regulares, no picados revolviendo bien con la gelatina.
Esta preparación se debe verter en un molde mojado con agua fría y se mete al refrigerador para que cuaje completamente. Para servirse se desprenden las orillas con la yema del dedo. Se mete por unos instantes en un poco de agua caliente y se voltean sobre un platón, mojado con agua fría. Este último paso asegura que se mantiene su forma decorativa.
La gelatina de mango y naranja se puede adornar con gajos de naranja sin membranas y cerezas en almíbar, bien escurridas. Se puede acompañar con crema batida, ligeramente endulzada con azúcar glass, es decir, azúcar pulverizada.
La receta de gelatina de mamey
Para la elaboración de este postre mexicano se necesitan dos mameyes grandes o tres medianos maduros y rojos, una taza de azúcar, el jugo de medio limón, una taza de agua, un sobrecito y medio de gelatina granulada sin sabor y un cuarto de taza de agua fría.
La gelatina se remoja en un cuarto de taza de agua fría. Se coloca una cacerola en el fuego con una taza de agua, moviendo hasta que se disuelva el azúcar. Cuando suelta el hervor, se deja de mover y se agrega el jugo de limón, dejando que hierva unos cinco minutos.
Los mameyes se pelan y la pulpa se pasa por un colador para que resulte un puré sin hebras. Este puré se agrega al almíbar, junto con la gelatina que se ha derretido, ya remojada a fuego muy bajo o baño de María. Esta mezcla se hace fuera del fuego.
Esta preparación se vierte en un molde mojado con agua fría y se mete al refrigerador para que cuaje bien. Cuando se vaya a hervir, se debe voltear el molde con mucho cuidado. Si los mameyes no están bien rojos, se puede añadir al jarabe unas gotas de color vegetal o artificial.
Esta rica receta es un postre perfecto después de un almuerzo o cena, ideal para una merienda en horas de la tarde.