La Denominación de Origen Ribeiro tiene un peso relevante dentro del conjunto de las cinco gallegas, pero esta relevancia no se traslada directamente a los mercados, viéndose notablemente reducido su peso relativo tanto en términos de volumen de producción y comercialización como de valor económico de la producción. Así se desprende del Estudio Socioeconómico y Estratégico de O Ribeiro, financiado por la Diputación de Ourense con 41.500 euros y que esta semana fue presentado en Ribadavia.
Resulta especialmente preocupante para los expertos la situación de la capacidad efectiva de producción de uva, que presenta una clara tendencia descendente en los últimos 15 años, período en el que se ha reducido a la mitad; esa tendencia se ha acelerado en la presente década y, en particular, en los años más recientes, de tal modo que sólo en el trienio 2016-2018 la caída fue del 36,3%.
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Este descenso de la producción fue el resultado de dos procesos: la reducción de la superficie de viñedo activa en la DO y el descenso de los rendimientos por hectárea. La contracción de la superficie en un 18,4% explica algo más de la tercera parte de la reducción del volumen de uva producido, pero es significativa porque, ligado a la alta edad media de los viticultores y al bajo grado de profesionalización de éstos, amenaza el futuro del tejido productivo primario.
Los autores del estudio alertan de que un movimiento de abandono progresivo de la actividad vitícola derivado de la alta edad media de sus viticultores (cerca de la mitad superan los 65 años), acompañado por una tasa de incorporaciones y remuda generacional que no es quién de compensarlo, y por otra parte de una clara inmovilización de la tierra que se abandona y unos precios de la tierra muy elevados, condicionan la recuperación del potencial productivo del Ribeiro.
A estos problemas se añade una excesiva fragmentación parcelaria: 1.374 hectáreas de la DO están divididas en 20.542 parcelas. La consecuencia se traduce en 0,82 ha/viticultor compuestas por 12,4 fincas con una superficie media inferior a 700 m2. Aún así, las parcelas con 1 m2 o más, el 15% del total, suponen el 60% de la superficie de viñedo, constituyendo la principal base productiva de la DO.