Se ha comprobado científicamente que el mejor líquido para satisfacer la sed de los seres humanos es el agua. Los refrescos azucarados, las bebidas energéticas, o los jugos naturales con azúcar blanca, morena o miel no son recomendables por su alto contenido de azúcar. En medio de la ola de calor que sacude a varios países durante este verano, es aconsejable tomar previsiones y mantener el consumo apropiado de agua al día.
Ciertas investigaciones científicas sobre el tema de la alimentación revelan que entre los tipos de agua que la gente de todos los países consume corrientemente se encuentran la del grifo, el agua mineral y el agua del grifo filtrada. Sin embargo, los devastadores efectos que actualmente ocasiona el cambio climático en el planeta están dejando a muchas comunidades alrededor del mundo sin este líquido vital.
Para que la gente pueda mantener la salud es esencial tomar una cantidad suficiente de agua. Un individuo puede sobrevivir sin comer durante varias semanas, pero sin agua moriría a los pocos días.
Expertos en nutrición y dietética recomiendan que la mayor parte de líquidos que consuma la gente sea solamente agua, zumos de frutas y de verduras sin azúcar blanca, morena o miel e infusiones naturales. Los refrescos, las bebidas alcohólicas y las bebidas con cafeína deben consumirse muy de vez en cuando.
En las naciones industrializadas el agua del grifo, generalmente, es limpia. En esos países el agua de uso doméstico se trata con una serie de sustancias químicas, entre ellas el cloro, el aluminio y el flúor. Aun cuando se ha debatido mucho sobre las posibles implicaciones que dichas sustancias pueden tener sobre la salud.
El cloro se emplea para desinfectar el agua y para destruir las bacterias dañinas. Algunos especialistas en nutrición temen que el cloro pueda provocar alergias y destruir bacterias intestinales beneficiosas.
El sulfato de aluminio se emplea para eliminar las sustancias suspendidas. La mayoría se filtra, pero pueden quedar pequeñas cantidades de aluminio en el agua de uso doméstico. Por otra parte, además de estar tratada con sustancias químicas, el agua del grifo puede arrastrar materias contaminantes a lo largo de su recorrido. De manera que puede contener cantidades minúsculas de agentes contaminantes ambientales, entre ellos desperdicios de animales, algas, fertilizantes, insecticidas, residuos químicos industriales y metales tóxicos.
Para reducir al mínimo el riesgo de suciedades del agua del grifo es aconsejable dejar correr el agua fría del grifo durante unos minutos cada mañana, para eliminar así toda la que haya quedado estancada en la tubería durante la noche.
Beber agua mineral
Existe cierta controversia acerca de si el agua mineral es mejor que la del grifo. Sobre este tema, algunos expertos están convencidos de que, al menos en los países desarrollados, donde el sistema de tuberías es relativamente seguro, el agua mineral no tiene por qué ser más sana que la del grifo, aunque su sabor puede resultar más agradable.
El agua mineral, al no estar tratada con cloro, sabe mejor que la del grifo, pero a veces contiene una cantidad ligeramente mayor de bacterias.
La preparación de los zumos
Para preparar un zumo de algún fruto cítrico basta con utilizar un exprimidor. Con el resto de las frutas y verduras, no obstante, es necesario emplear una licuadora, en la cual se coloca la pulpa de la fruta picada en trozos, quitándoles la semilla y las cáscaras.
Tanto las verduras como las frutas deben ser frescas, maduras, y si es posible, producidas en los mejores cultivos. Se deben limpiar muy bien con agua y cortar cualquier trozo que esté dañado o de color marrón oscuro. Las pequeñas semillas presentes en frutos como la manzana o la naranja pueden incluirse en la bebida. Proporcionan fibra y nutrientes.