R. Kelly, cantante de rap, fue sentenciado a 30 años de prisión el miércoles, nueve meses después de que fuera declarado culpable por cargos federales de crimen organizado y tráfico sexual tras años de usar su fama para captar a sus víctimas de las que abusó sexualmente.
“R. Kelly Kelly es un depredador. Esta es una victoria para sus víctimas, la justicia y para los futuros sobrevivientes de agresión sexual”, dijo Breon Peace, fiscal federal, tras la sentencia.
La jueza federal de distrito Ann Donnelly impuso la sentencia tras escuchar a varias sobrevivientes que dieron fe de cómo la explotación de Kelly repercutió en sus vidas.
Kelly, cuyo nombre completo es Robert Sylvester Kelly, vestía un uniforme de prisión color canela, anteojos de montura oscura y una máscara negra en la audiencia del miércoles, a la que también asistieron víctimas del caso. El tribunal escuchó declaraciones de impacto de siete de las víctimas de Kelly, incluida Jane Doe 2, quien testificó en el juicio.
"Han pasado 23 años desde que nos conocimos, y has victimizado a muchas chicas desde entonces", dijo, dirigiéndose a Kelly. Más tarde agregó: "Ahora es tu turno de que te quiten la libertad".
Un jurado condenó a Kelly en septiembre pasado por nueve cargos, incluido un cargo de extorsión y ocho cargos de violaciones de la Ley Mann, una ley de tráfico sexual. Los fiscales del Distrito Este de Nueva York acusaron a Kelly de usar su condición de celebridad y una "red de personas a su disposición para atacar a niñas, niños y mujeres jóvenes para su propia gratificación sexual".
Pero su equipo legal argumentó que en la actualidad ya no era "un riesgo para el público" y que no merecía más que la sentencia mínima de una década en prisión.
En documentos judiciales recientemente revelados, Kelly fuer retratado como un "genio musical" que creció pobre en un hogar plagado de violencia doméstica, que sufrió abuso sexual desde una edad temprana y, por lo tanto, se volvió "hipersexual".
La abogada Jennifer Bonjean agregó que su cliente no es un "monstruo depredador sexual unidimensional" o un pedófilo.
Se sabe que el tiempo que ha pasado tras las rejas ha sido difícil, pues sufrió una paliza por parte de un compañero de prisión en 2020 y se enfermó de covid-19 a principios de este año.
"De hecho, las décadas de delincuencia del acusado parecen haber sido alimentadas por el narcisismo y la creencia de que su talento musical lo absolvía de cualquier necesidad de ajustar su conducta -sin importar cuán depredadora, dañina, humillante o abusiva era hacia los demás- a las restricciones de la ley", dijeron.
Los problemas legales del cantante seguirán en agosto, cuando volverá a ser juzgado en un tribunal federal, esta vez en Chicago, por tráfico de imágenes sexuales de niños y cargos de obstrucción de la justicia.
También debe enfrentar cargos de abuso sexual en los tribunales estatales de Illinois y Minnesota.