La base de un buen concurso TV por encima de la gracia y facilidad que puedan tener su presentador o sus jueces, está en la chispa que desprenden sus participantes. Algo que conoce bien Esther González, directora de 'casting' de 'Masterchef's desde 2013 y al frente de la selección de concursantes para programas como' Maestros de la costura ',' Prodigios', 'Maestros de Lego 'y' Maestros de la reforma '. Esta madrileña de 52 años ha cocinado parte del éxito del ya veterano 'talent show' gastronómico de TVE-1 que, acaba de cumplir el sorprendente final de la versión 'celebrity' y con los niños a punto de ponerse el delantal de nuevo esta Navidad en la categoría 'junior', ya buscan condimentar la décima temporada de su edición original, la de los participantes anónimos, para que la receta siga siendo igual de apetecible para el público.
El 'casting' de 'Masterchef 10' acaba de abrirse con la intención de “llegar a personas a las que no se ha llegado antes”, explica González. Para ello, el programa ha lanzado una campaña en redes (donde suma cinco millones de seguidores) animando al público a proponer a sus candidatos para entrar en el concurso culinario, dándoles ese empujoncito que los más indecisos necesitan. “Siempre ha habido muchas personas que nos dijeron que tenían un amigo, un hermano o un tío que, si participaba en el programa, lo ganaría, pero esa persona nunca se había atrevido a dar el paso. En esta campaña decimos que la novedad es que tú eliges, y eso te puede dar mucha savia nueva al programa”, incide.
El año pasado, en total confinamiento, el concurso batió récords de solicitudes, con más de 70 inscripciones. De ellos, 13 procedían de Cataluña, “uno de los mejores lugares” y del que en algunas ocasiones han sacado “media plantilla” del concurso culinario. El año pasado, por ejemplo, fue la denominación de origen de los dos duelistas finales: Arnau (que acabó proclamándose vencedor) y Meri. “Estando encerrados teníamos tan pocas actividades a nuestro alcance que, al que le gustaba cocinar, decidió perfeccionar su técnica. Y se despertaron muchas vocaciones”, justifica el 'boom' González, quien reconoce que en la selección de concursantes “no solo se puede dar prioridad a la cocina”, pero hay que“ valorar más aspectos”, porque también es un programa de entretenimiento.
“La heterogeneidad es lo que caracteriza a un 'casting', donde hay personalidades de todo tipo, personas de distintas edades, sexo, procedencia, con distintas profesiones y personajes”, afirma. Pero enfatiza que lo que no buscan es gente que solo da un espectáculo. “No queremos rarezas ni excentricidades, solo personas con pasión y afición por la cocina, con la mayor naturalidad posible y que no pretendan imponer”.
Jueces que dan miedo
González explica que los concursantes no empiezan a ser ellos mismos hasta que no cogen el ritmo de un programa “que se impone, con un plató enorme, con muchas cámaras y con unos jueces que, aunque son maravillosos, cuando los ves por primera vez en persona dan miedo. "
“Hay un porcentaje muy pequeño de personas que aparecen en 'Masterchef' porque quieren estar en la televisión. Pero es un programa tan duro y exigente que puedes ver de inmediato quién no quiere aprender y no tiene sentido que estén allí ", dice. De hecho, asegura que las peleas comunes que vemos a lo largo de la competición son “cosas de la sociabilidad humana porque, pasando tantas horas juntos, es imposible que estas dinámicas no se den”. La recompensa por tantos sudores en la cocina es la posibilidad de emular a concursantes como Carlos Maldonado, que ha pasado de la venta ambulante a conseguir una estrella Michelin.