La batalla de Somosierra, uno de los acontecimientos más relevantes de la Guerra de la Independencia y la que tal vez sea la estrategia más conocida de las batallas modernas, fue representada este domingo, 28 de noviembre, con una recreación histórica que escenificó el enfrentamiento entre las tropas de Napoleón Bonaparte y los patriotas españoles.
Esta batalla tuvo una gran trascendencia en los inicios de la Guerra de la Independencia porque, además de ser la única en la que estuvo al mando de sus tropas el emperador Napoleón, fue la que permitió a los franceses el acceso a la capital, que ya no abandonarían en casi toda la contienda.
Napoleón comandaba tres cuerpos del Ejército imperial y una escolta de caballería polaca, que fue la que cargó contra la artillería española.
El evento, organizado por la Asociación Histórico-Cultural Voluntarios de Madrid 1808-1814 en colaboración con la Asociación de Polacos en España Nasz Dom y la Casa de Polonia en Madrid, contó un año más con el apoyo del Ayuntamiento de Somosierra y de la Embajada de Polonia en España.
A pesar del frío y la nieve, cientos de personas asistieron a presenciar la representación
Junto con la escenificación de la batalla se realizó un homenaje a los caídos en la batalla de ambos bandos, que contó con la asistencia de diversas personalidades, entre las que destacaron el alcalde de Somosierra y el agregado militar de la Embajada de Polonía en España.
La batalla
La batalla de Somosierra se libró el 30 de noviembre de 1808 en el puerto donde está ubicado el municipio, entre las tropas españolas y las fuerzas francesas de Napoleón. Napoleón avanzaba hacia la capital con unos 35 soldados con la intención de reconquistarla sin necesidad de destruirla. En el bando español, el general Benito San Juan apenas contaba con 8 combatientes y 16 cañones cerrando el paso del puerto.
La mañana trajo una densa niebla que no se levantaría hasta mediodía. El desigual duelo artillero que se trabó en las primeras horas de la batalla puso de manifiesto que el fuego francés de contrabatería era algo completamente ineficaz a la hora de tomar la posición española. Las baterías españolas, además de bien servidas, eran muy superiores en alcance y potencia a sus contrapartes francesas, que solo contaban con artillería de campaña de un calibre de 6 y 8 libras. No obstante, la posición de las baterías españolas no se había protegido por obras, tierra, parapetos, caballos de frisia, cestones, ni ninguna otra previsión que pudiera estorbar un avance directo y decidido hacia ellas, lo que luego se demostraría clave en el desenlace de la batalla.
Las primeras cargas de la caballería francesa fueron un fracaso. Sin embargo, la carga efectuada por un puñado de jinetes polacos contra los españoles abrió a Bonaparte las puertas de Madrid.
Para Polonia, la carga de su caballería está considerada como uno de los mayores éxitos de la caballería polaca de la historia. Integrada en el ejército imperial, las tropas a caballo combatieron como héroes y fueron diezmados a la vez que permitían que Napoleón tomase de manera definitiva la iniciativa en el campo de batalla.
La recreación, que se realiza cada año por estas fechas, pretende ser un homenaje al heroísmo de los que participaron aquel día en ambos bandos. Y todo ello gracias a la labor de decenas de voluntarios culturales, que participan en la recreación de una forma desinteresada.
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