Andrea Gasca vuelve a “La isla de las tentaciones” y por la puerta grande: la joven ha protagonizado una escena de alto voltaje con Lester, nada más llegar. La que fuera novia de Ismael Nicolás ha regresado a República Dominicana, eso sí, como soltera y con un claro objetivo: el novio de Marta Peñate.
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Los rumores de la participación de Andrea Gasca eran reales y la joven no ha defraudado a los seguidores del conocido programa. La participación de la primera edición de “La isla de las tentaciones”, junto a su pareja Ismael, al que abandonó por Óscar Ruíz, ha aceptado la proposición del programa de volver a República Dominicana. Eso sí, esta vez como soltera y con el objetivo de conquistar la isla como lo que es: una buena “princesita”.
Las primeras imágenes de Andrea Gasca en “La isla de las tentaciones 2” eran muy esperadas por los seguidores del programa, sobre todo por el morbo de saber cómo conoció a Cristian, el novio de Melodie, con el que hay cada vez más rumores de que ha podido tener una relación. La sorpresa vino nada más pisar la Villa: la joven se ha fijado en Lester, novio de Marta Peñate, y a este no le ha parecido nada mal, el joven estaba encantado de la vida.
El novio de la polémica Marta Peñate se ha dejado convencer por la propia Andrea y no se lo ha pensado dos veces a la hora de cambiar su cita con la joven Elisa -la sobrina de Iván Madrazo a la que Marta Peñate definió como “chihuahua” – por poder pasar un ratito a solas con Andrea.
El canario ha tenido la excusa perfecta: el comportamiento de su novia Marta a la que no le hizo ni pizca de gracia que eligiera, para su primera cita, a Elisa. Pero, el joven no puede negar que la llegada de Andrea le ha hecho venirse arriba. Además, Andrea nada más verle ha dejado claras sus intenciones: “El que más me ha gustado ha sido Lester, está muy bien, es guapo… No hay mejor tentación que alguien que ya ha caído en ella”. Y Lester no dudaba en seguirle: “Yo sí quiero cambiarte por mi soltera, creo que estaré más cómodo con ella”.
Y, así fue. Durante la primera noche, Andrea acabó pasando su lengua por el abdomen de Lester en un juego que subió todavía más la temperatura de la Villa. Incluso, Andrea reconoció que el acento canario del joven le “llama” y le llegó a preguntar por su habitación, con un tono picarón. Después Andrea reconoció que le gustaban más los rubios y Lester sorprendió respondiendo: “Pues nada, ¿qué tengo que hacer? ¿Teñirme? Me he llevado una impresión diferente a la que ya tenía”.