Dark llegó a su fin. La espera valió la pena. Dark, la serie alemana original de Netflix estrenó el pasado 27 de junio su temporada final entregando un cierre grandioso. Nada quedó sin respuestas… o, mejor dicho, casi nada.
Dark fue una tremenda apuesta por parte de Netflix. Una serie sobre viajes en el tiempo, con física cuántica, filosofía, simbología, multiversos y ¡en alemán!… tenía todos los ingredientes para no resultar pero, gracias a esa “precisión alemana”, el producto se convirtió en una de las mejores entregas de la ciencia – ficción de los últimos tiempos.
En 2017, al rememorar su primer avance, fue presentada a la audiencia como una “Stranger Things” alemana. El concepto era repetido. Un niño se pierde en un bosque y comienzan a ocurrir eventos extraños en el pequeño pueblo ficticio de Winden. Para más inri, el pueblo que cuenta con una planta de energía nuclear.
Dark: ciencia ficción, suspenso, física cuántica, filosofía y simbología
Sin embargo, desde los episodios iniciales, Dark que aleja sin miedo de los lugares comunes creando su propia mitología compleja, dejando a series como Lost bastantes rezagadas. La primera temporada va presentando viajes en el tiempo, misterios e increíbles paradojas a través de tres líneas temporales.
La segunda temporada sigue profundizando en los viajes temporales pero le suma un fuerte contenido filosófico, planteando y tratando de responder las preguntas que la humanidad se ha hecho a lo largo de su existencia ¿todo está determinado? ¿existe el destino? el ser humano ¿tiene libertad de elección? ¿determinismo o libre albedrío? He ahí la cuestión, parafraseando a Hamlet.
La tercera temporada nos presenta a los personajes, ya no solo viajando a través del tiempo, sino también del espacio. Teoría cuántica y multiversos se suman a los ya complejos tópicos tocados en la serie… pero eso se agradece. El hecho de que los autores conviertan el rol pasivo del espectador en uno activo hace suponer que tienen en consideración bastante alta a su fanbase. El espectador no tiene solo que recibir la información, tiene que ir resolviendo los “enredos” que se van planteando a lo largo de los episodios.
Bien lo dijo la escritora Jantje Friese para Vulture: “creemos firmemente que el arte no debe explicarse. Mientras entendamos la lógica detrás de esto y no nos engañemos, estaremos bien. Y tal vez a algunas personas les tome tiempo entender por qué algo no es un “agujero” en la trama. Creo que discutir tales cosas le quita el misterio, y se supone que es una aventura. Se supone que debes entenderlo y tratar de descubrir cómo funciona esto. Y si necesitas literatura adicional ¡genial!”
Dark: el ciclo se rompe y los nudos son desatados
Dark ejecuta muy bien su propuesta. No solo es una historia de viajes en el tiempo y en el espacio. Es una historia de amor y esperanza; una historia que a lo largo de todos sus episodios, muestra lo impredecible que puede ser el comportamiento humano, sus posibilidades y sus variaciones. Todos queremos creer que existe el libre albedrío. Aunque la historia pueda parecer que va hacia un desastre, el espectador se inclinará a apoyar al personaje y a querer que, de una u otra manera, evite su fatal destino.
[Sumario]
Dark cerró todas las incógnitas. De hecho, fueron más las respuestas que las preguntas planteadas. Sin duda, uno de los mejores finales para una serie de ciencia ficción que, en apariencia, iba a ampliar y enredar sus líneas argumentales pero, con explicaciones científicas reales y “para dummies”, lograron hacer un gran ejercicio sistemático y de orden.
Dark dejó muy en alto el listón para las series de ciencia ficción. Desde ahora, solo nos queda el buen sabor que nos dejó la serie y despedirnos con el mismo brindis que hicieron los personajes: “por un mundo sin Winden”.