El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmó este miércoles que “el Gobierno tiene la obligación de adoptar medidas para devolver la normalidad a la vida social y política en Cataluña, fomentando la concordia y el diálogo entre grupos; y es lo que estamos haciendo”. “El tiempo del castigo pasó y llega el tiempo del perdón, de la reparación, de la superación. Llega también el tiempo de la única opción posible: el acuerdo y la palabra”.
En el pleno celebrado este miércoles en el Congreso para informar de la situación política y económica, así como de las últimas reuniones del Consejo Europeo, Sánchez consideró también “imprescindible” que “Cataluña hable con Cataluña”, pues “no se puede mantener una situación en la que la mitad de los catalanes no cuentan, son invisibles”. “Nuestra convicción democrática es profunda: nos necesitamos y queremos contar con todos”, en esta “etapa de concordia que se abre tras la pandemia y con la oportunidad que nos dan los fondos europeos”.
Insistió en que “es primordial el diálogo entre catalanes para recomenzar”. “Si todos repetimos lo que ya hicimos acabaremos nuevamente en el lugar del que hemos salido” y “nadie quiere volver ahí”. Por eso, dijo, “iniciamos una nueva etapa de respeto, sentimiento y afecto. De cohesión territorial para un acuerdo”, dando un “primer paso” y con “gestos de acercamiento” que “nos dispongan para el diálogo y el acuerdo”, como fueron los indultos a los condenados del procès, concedidos por el Consejo de Ministros la semana pasada.
“Hemos tomado esta decisión –explicó- en beneficio de los catalanes. Creemos que es la mejor decisión para Cataluña, la mejor para España y la más conforme con el espíritu de concordia de la Constitución”, explicó. “La sociedad catalana en su conjunto quiere una Cataluña europea, próspera, plural, solidaria y con un alto grado de autogobierno, y eso es lo que vamos a conseguir. Cataluña sin España ni sería europea, ni sería próspera ni sería plural.”
“Y España sin Cataluña simplemente no sería España. Esta doble certeza es el norte que guía nuestro camino. Y hay mucho camino por recorrer. La esperanza vuelve a abrirse paso en el conjunto de España y en Cataluña. Demos la oportunidad definitiva al diálogo. Merece la pena. Vivimos juntos, convivimos juntos y decidiremos juntos bajo la única opción posible: el acuerdo”.
El presidente, que inició su discurso reivindicando la concordia y el diálogo para alcanzar pactos, así como “el espíritu de unir a los españoles en un proyecto común, en vez de dividirlos entre ‘buenos y malos españoles o catalanes’, señaló que “ese espíritu de la Constitución sigue vivo” y “es el que diferencia la política democrática de la negación del oponente”. “Entre una y otra, el Gobierno elije siempre la concordia democrática”, pues “la discordia política y territorial suponen un lastre para la cohesión, y para el avance social y económico de España”. “La diferencia en nuestros ideales no nos debe confundir en el ideal democrático superior que nos une: todos somos buenos españoles; todos somos buenos catalanes”.