El debate de Telemadrid volvió a ser una porqueriza de insultos y ataques que, sinceramente, poco interesan a los ciudadanos. ¿Cómo pretende la clase política que los votantes recuperen el interés por la participación activa en los mecanismos democráticos si lo único que hacen es echarse en cara algo tana deleznable y mezquino como los fallecidos por una pandemia sin precedentes en el mundo? ¿En eso se resumen los programas electorales? ¿Es esto lo que les espera a los madrileños? ¿Así se legisla?
Había nervios por todas las partes. A la candidata del PP y favorita en las encuestas para la reelección, Isabel Díaz Ayuso, le temblaba en momentos puntuales la voz refiriéndose al exvicepresidente del Gobierno y candidato de Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid, Pablo iglesias. "Es usted una pantomima. Si va a los barrios humildes, a esos que tanto defienden, se dará cuenta que no le quieren", subrayó la baronesa popular. También había tensión en las filas del PSOE y en su candidato, Ángel Gabilondo. El eterno candidato se dirigió explícitamente a Iglesias en uno de los momentos finales del debate para indicarle lo siguiente: "Espero tener el voto de Unidas Podemos para evitar el gobierno de Colón. Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones". Desde Ferraz matizan que su candidato no tendió la mano al secretario general morado para que entre al gobierno madrileño, sino más bien para alcanzar acuerdos puntuales que eviten la influencia de la derecha en la política madrileña.
En el primer bloque, el de la pandemia, los 23 muertos durante la pandemia sirvieron como arma arrojadiza entre los candidatos. "¿Cuántos fallecidos ha habido en Madrid a causa de la Covid-19? No sonría, señora Ayuso?", le exhortó Iglesias. "20 -balbuceó la candidata popular-. ¿Y en el resto de España?", le contraatacó Ayuso, que aseguró que no visitó ni una residencia de la región cuando era ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030. "No se arrojen las cifras. ala cara", pidió el candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal. Gabilondo pidió el voto de todos los ciudadanos para acabar con 26 años de "este PP, del PP de la corrupción y el deterioro de los servicios públicos". Fue un "todos contra Ayuso" y un "Ayuso contra Iglesias".
Solo hubo un momento en el que la izquierda dejó entrever sus diferencias, y fue en la política fiscal. Gabilondo mantuvo su compromiso de no subir impuestos en lo que queda de legislatura, e Iglesias le preguntó con cierto pesar: “Ángel, vamos a ver: vamos a gobernar juntos y tenemos que llevarnos bien. ¿Pero es razonable no pedir más esfuerzo a los que tienen un patrimonio de más de un millón de euros?”. “Ahora, no”, insistió el socialista.
¿Y en cuanto a las medidas? Pocas y sin explicaciones sobre cómo se llevarán a cabo. Lo único para lo que sirvió el debate fue para confirmar, aún más, la política de bloques y de la crispación en la que se ha instalado la Comunidad de Madrid y España en general. SI esto le espera a la región más productiva de España y, por ende, al conjunto de la nación, abróchense los cinturones porque vienen curvas.