España se ha visto abocada a estar bajo un nuevo estado de alarma. Siete meses después de que el Consejo de Ministros aprobara, el pasado 14 de marzo, un estado de alarma que incluyó el confinamiento domiciliario de 47 millones de personas, el país vuelve este domingo a estar bajo una situación excepcional a causa de la pandemia de la Covid-19. Sin embargo, este estado de alarma no será como el que se vivió. Se diferencia en dos cosas: será un marco jurídico habilitado para poder tomar cuantas medidas sean necesarias, incluso un nuevo confinamiento domiciliario (aunque ni el Gobierno ni las comunidades lo valoran siquiera por las consecuencias sociales y económicas que tendría) y porque, a diferencia de en marzo, serán los presidentes autonómicos los que mandarán sobre el estado de alarma en cada territorio y no el Gobierno a través de un mando único (el pasado marzo era Pedro Sánchez y los ministros de Sanidad, Defensa, Interior y Transportes).
El Consejo de Ministros extraordinario que ha aprobado este nuevo estado de alarma este domingo facilitará la aprobación del toque de queda, que incluye como obligatorio el real decreto, por el que muchas autonomías apuestan para frenar la expansión del virus con la intención de controlar los datos de la pandemia antes de Navidades. El decreto obliga a imponer el toque de queda de 23.00 a 06.00 horas, con un margen de una hora (22.00 o 00.00 horas y 05.00 o 07.00 horas) a excepción de Canarias. El planteamiento del Gobierno es que se alargue hasta el 9 de maayo -ante alguna opinión que hablaba de que, como mínimo, tendría que estar vigente hasta diciembre-. La voluntad del Gobierno es que la incidencia acumulada baje hasta los 25 casos por cada 100 habitantes -actualmente, la incidencia es de 361 por cada 100 habitantes-.
Italia ha extendido el estado de emergencia dos veces desde la declaración de la pandemia, y Francia ha declarado la alarma sanitaria ante el repunte de los casos en muchos puntos del país. El ejecutivo de Sánchez quiere evitar a toda costa la situación de abril y mayo, cuando cada vez que se debatía el estado de alarma era un quebradero de cabeza para Moncloa. Ciudadanos, el PNV y varios partidos minoritarios han ofrecido su apoyo al Ejecutivo para prorrogarlo, por lo que el camino hacia la extensión del estado de alarma estaría casi garantizado. El PP todavía no se ha pronunciado. El pasado viernes, un goteo continuo de autonomías solicitaron al Ejecutivo la aprobación de un nuevo estado de alarma.
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han acordado este jueves, en el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), un documento de Actuaciones de respuesta coordinada para hacer frente a la pandemia por Covid-19. El toque de queda se aplaza a la espera de que el Ministerio de Sanidad reciba un informe jurídico que establezca la mejor herramienta para aplicarlo.
Se trata de un marco de criterios comunes para la interpretación de los indicadores epidemiológicos, acordado técnicamente por todas las comunidades. Está dirigido a garantizar la coordinación suficiente entre territorios, posibilitando que las autonomías tomen las medidas complementarias que consideren oportunas.