El Día de la Hispanidad que se celebró este lunes en el Palacio Real de Madrid con un acto militar reducido para cumplir con las medidas sanitarias en el marco de la pandemia del coronavirus dejó un aluvión de imágenes llamativas y encuentros incómodos.
La temperatura climática de la Plaza de la Armería de Madrid era de 15 grados, aunque la tensión y el clima político superara, con creces, el frío de la capital. Como ejemplo de frialdad, el saludo entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. "Buenos días, presidenta. ¿Qué tal estamos?", le preguntó el líder del Ejecutivo mientras se llevaba la mano al pecho. "Buenos días, presidente", le respondió ella, escueta. Ni una palabra más. Sánchez saludó de la misma manera al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, para formar un corrillo con la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villarroya, momentos antes de la llegada de la Familia Real. Fue la titular de Defensa la que se encargó de llevar la conversación mientras que Sánchez y Ayuso evitaban dirigirse siquiera la mirada.
Otro momento para enmarcar antes de la llegada de Felipe VI al Palacio Real fue la conversación, aparentemente animada, entre el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, con el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, tras varias llamadas al orden del presidente de los jueces al líder morado por cuestionar la imparcialidad del Poder Judicial. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, también habló durante varios minutos con el "número dos" de la Justicia.
Junto al encuentro Sánchez-Ayuso, el momento más tenso fue el atisbo de saludo entre Don Felipe e Iglesias. Los miembros del Gobierno se pusieron en fila para saludar tanto al Rey como a doña Letizia, a la princesa Leonor y a la infanta Sofía, en un gesto protocolario. Frente a las manos en el pecho de la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias; del ministro de Sanidad, Salvador Illa; o del de Universidades, Manuel Castells; el casi imperceptible gesto de Iglesias, que movió muy ligeramente la cabeza.
Con el fin de garantizar las medidas sanitarias y evitar aglomeraciones, la ceremonia se ha llevado a cabo en la plaza de la Armería del Palacio y ha consistido en un izado solemne de la Bandera Nacional, así como en un acto de imposición de condecoraciones concedidas con motivo de la Operación Balmis a seis representantes de la Guardia Real, los tres Ejércitos, UME y Cuerpos Comunes de la Defensa.