El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, suspendió el pasado viernes sus vacaciones estivales para volver a Madrid y tomar, de manera taxativa, de nuevo las riendas del país y, en especial, de la crisis sanitaria del Covid-19. El líder del Ejecutivo se encontraba pasando unos días de vacaciones en el Palacio de Las Marismillas de Doñana, en Huelva, apurando los últimos días de descanso antes de retomar la agenda institucional, pero la situación epidemiológica del coronavirus obligó al líder socialista a volver al Palacio de La Moncloa unos días antes de lo previsto.
Sánchez voló desde la residencia de Estado a la sede gubernamental para retomar la actividad. El PP llevaba días reclamando que el presidente adelantara el fin de sus vacaciones para tomar las riendas del país.
Durante su estancia en Doñana, el presidente del Gobierno hablaba periódicamente por teléfono con el ministro de Sanidad, Salvador Illa. También presidió una reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus en la que participó el ministro y el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón. Incluso participó en un Consejo Europeo de carácter extraordinario sobre la situación política en Bielorrusia.
El presidente del Gobierno, @sanchezcastejon, ha mantenido esta mañana una videoconferencia con el ministro de @sanidadgob, Salvador Illa, y el director del CCAES, Fernando Simón.
Durante el encuentro han realizado un seguimiento sobre la situación del #COVID19 en nuestro país. pic.twitter.com/WztA9SD3kA
— La Moncloa (@desdelamoncloa) August 19, 2020
Dos semanas de vacaciones
El presidente del Gobierno ha estado dos semanas de vacaciones. Primero, Sánchez se trasladó a la residencia de La Mareta de Lanzarote, en las islas Canarias, el pasado 8 de agosto junto a su esposa, Begoña Gómez, y de sus hijas. La familia Sánchez-Gómez estuvo hasta la semana pasada en la isla.
La residencia de La Mareta es una estancia oficial del Estado perteneciente al municipio de Teguise. En 2015 se puso al servicio del país por deseo expreso de su Majestad el rey Felipe VI, cuando pasó a pertenecer a Patrimonio Nacional por intercesión del ministro de Turismo de entonces, José Manuel Soria. El entonces titular del Ministerio aseguró que serviría para alojar a mandatarios extranjeros y sumar a la Marca España.
Después, los cuatro se trasladaron al Palacio de Las Marismillas, en el complejo de Doñana (Huelva), para seguir con las vacaciones. El presidente del Gobierno tuvo que enfrentarse a los gritos de "!Fuera, fuera!" de los vecinos de Almonte cuando Sánchez acudió a la misa funeral de un trabajador del complejo ressidencial.
El ayuntamiento del municipio pidió "respeto" y "hospitalidad" a los vecinos para con Sánchez. El consistorio se escuda en que las visitas de personalidades nacionales e internacionales "han contribuido al prestigio del Espacio Natural desde hace años, independientemente del color político". "Es la Presidencia del Gobierno de España quien visita Doñana o nuestro municipio", subraya el ayuntamiento, por lo que pide "respeto democrático" para dar "una positiva proyección de la zona".