Puede que el PP de Pablo Casado vire, a partir de septiembre, hacia el centro-derecha español en una estrategia con la que pretenderá ser "la gran casa de la derecha" en España que aúne a votantes de centro a los más conservadores, pero lo que no cambiará será la "mano de hierro" con la que ataque al Gobierno. El plan del líder de la oposición es que el Consejo de Ministros se vaya deteriorando con el tiempo por la escasa y frágil mayoría parlamentaria con la que cuenta y por las discrepancias internas entre los miembros del PSOE y Unidas Podemos en temas como la Jefatura del Estado o la aritmética del Congreso, con Ciudadanos y ERC como socios preferentes según se hable con ministros de uno u otro color político.
La presunta financiación ilegal de Podemos y la caja B con la que varios de sus dirigentes se habrían estado enriqueciendo ilícitamente durante años se ha convertido en la última baza de los populares para atacar a Pedro Sánchez. El partido de Génova 13 ha presentado un escrito ante la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados -el órgano rector de la Cámara en periodo electoral o de vacaciones- tan solo 48 horas después de que saliera a la luz la declaración del exabogado de Podemos José Manuel Calvente para que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, explique en un pleno extraordinario de la Cámara Baja "la pregunta financiación ilegal de su formación".
En el texto presentado, los populares piden que el líder de Unidas Podemos detalle "cómo afectan al desempeño de su cargo como vicepresidente segundo, ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 de España, las actuaciones judiciales que se están llevando a cabo sobre la presunta financiación ilegal de Podemos, la formación política de la que es secretario general, y que ha sido imputada como persona jurídica”.
Casado sabe que esta petición es muy difícil que salga adelante por el escaso apoyo que tiene en Hemiciclo y, por ende, el corto recorrido parlamentario que tendrá. El mismo PP que criticaba que la Cámara Baja solicitara la comparecencia de Mariano Rajoy cuando salían a la luz nuevos detalles sobre la financiación ilegal del PP cuando la labor del Congreso es controlar la acción del Gobierno.
El líder de Podemos se ha convertido en el nuevo punto de ataque de la oposición al Gobierno. Iglesias, por lo tanto, tendría que dar las explicaciones oportunas paraa que no se sembraran dudas sobre su presunto conocimiento de las acusaciones referidas al partido que dirige para no socavar su propia reputación como miembro del Ejecutivo.