Los nacionalismos siempre han sido temas de debate y polémicas en las filas socialistas del PSOE. Incluso la cuestión catalana ha primado siempre sobre la vasca, en todo el tiempo de existencia del Partido Socialista. En 1888 se celebraba en Barcelona el I Congreso del PSOE, y allí nacería su sindicato, la UGT. Esto no significaría que los socialistas catalanes se consolidarán como fuerza importante, quien si se consolidó como un peso fuerte fue la agrupación madrileña, que destacó por su fuerte centralismo en el comité nacional del partido.
Las discrepancias entre socialistas y republicanos catalanistas eran cada día más palpables.
En ese tiempo llego a tener bastante protagonismo Gabriel Alomar Villalonga, ideólogo del socialismo catalán, que defendió abiertamente que la Federación Socialista Catalana pudiera tener más poder decisivo dentro del PSOE, estas circunstancias derivaron en que los socialistas catalanes pensaran que la idea del catalanismo sería más importante que el objetivo principal que se buscaba “ la defensa del proletariado”
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La reacción del fundador del PSOE, Pablo Iglesias fueron continuamente negativas, varias veces respondió a los socialistas catalanes diciéndoles que celebraba que se afiliaran al PSOE, pero al mismo tiempo advertía que se enteraran algo mejor de que eran las ideas socialistas.
El catalanismo aumentaba su poder de influencia y convencimiento en la sociedad catalana, esto provocó que en el V Congreso de la Federación Socialista Catalana, se propusiera una reforma en el programa del partido en España y dicha propuesta decía que España se organizara en una Confederación Republicana de Nacionalidades Ibéricas.
Es 1918 cuando se celebra el X Congreso del PSOE, los socialistas catalanes consiguen que en el programa español se propugnara una Confederación Republicana de Nacionalidades Ibéricas.
Hoy en día algunos barones del PSOE, que se llenan la boca de libertad y al mismo tiempo coartan la de otros ciudadanos a decidir sobre el destino de su pueblo, son los mismos que no se acuerdan de que algunos de sus militantes de aquel tiempo reconocieron las nacionalidades y regiones de este país.
Quiero terminar recordándoles el discurso parlamentario del 12 de octubre de 1918, el socialista Julián Besteiro defendía el proyecto de un estatuto catalán propio y que también por ese tiempo otro socialista llamado, Largo Caballero, decía lo siguiente:
“Somos un partido internacionalista, pero eso no quiere decir que no reconozcamos las nacionalidades y las regiones, al contrario, mientras estas se organicen mejor también podremos conseguir mejor nuestras reivindicaciones”.
Es necesario y fundamental que los que dirigen el rumbo del Partido Socialista, que lean lo que defendían sus fundadores y militantes más activos de esos tiempos, para poder entender la cuestión catalana.