La nueva generación de la imagen en el imperio de Amancio Ortega ha dejado esa faceta de modelo inexpresiva, que llegó a crear una polémica en las redes sociales y blogs. Ahora, las chicas de Zara se ríen, hacen gestos muy expresivos como guiñar el ojo, poner “morritos” y se despeinan, entre otras cosas.
Pero lo que más llama la atención es que se mimetizan con la sociedad actual, y no sólo en cuanto a la ropa. Las nuevas modelos llevan tatuajes, aparato para los dientes y también gafas, porque sí, pueden tener miopía. Se trata de una nueva estrategia de comunicación que supone un gran cambio, si se recuerda a las modelos de hace tres temporadas.
Por otro lado, también existe una variedad de rasgos en las nuevas imágenes de la marca. Ahora cada una tiene su propia característica: existen rubias teñidas con fuertes cejas oscuras, pelirrojas, rubias naturales, de pelo castaño y pelo negro. También cada una lleva un peinado diferente, porque no todas tienen que ser iguales (como ocurría hasta el año pasado). En esta nueva temporada, las clientas pueden identificarse con cada modelo, porque reflejan en mayor medida a cada sector de la sociedad. Por ejemplo, en esta campaña existen modelos con orejas más grandes que no ocultan esa característica, o modelos con poco pelo que presumen de él.
Con respecto a las poses, estas también son más naturales a la hora de enseñar la nueva colección. Desde una modelo que parece rascarse la espalda, a otra que se lleva la mano al ojo por si “se le ha metido algo”. También está representada la chica que se ríe a carcajadas o aquella que mira con actitud altiva, la que se sienta en una silla y la que parece tímida o risueña. Todo según la ropa que lleve porque, a fin de cuentas, es psicología.
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La comunicación no verbal
Los gestos y los colores pueden influir mucho entre sí. Según describe la psicóloga Flora Davis en su libro La comunicación no verbal, “la postura y el movimiento del cuerpo, los gestos, la expresión del rostro y de la mirada, son otros tantos vehículos para la comunicación no verbal de emociones y de información”. Y eso es lo que pretenden transmitir las modelos en esta nueva temporada, eso sí, dependiendo de los colores y su indumentaria, ya que según señala Eva Heller en su libro Psicología del color, “las personas que trabajan con los colores –entre los que cita a los modistos y diseñadores- deben saber qué efecto producen en los demás, porque el efecto de los mismos ha de ser universal”. Y destaca que “el color es más que un fenómeno óptico y que un medio técnico” porque “ningún color carece de significado”.
Según Heller, cada color está determinado por su contexto, es decir, por la conexión de significados en la cual percibimos el color. “El color de una vestimenta se valora de manera diferente que el de una habitación”, añade y, sobre todo, en este caso, donde las modelos se expresan por fin sin que les haga falta hablar.