Anabel Pantoja ha cumplido un gran sueño en su vida, pero ha pagado un precio demasiado elevado. Ahora la joven es una mujer casada, tras haber logrado darle el ‘sí quiero’ a Omar Sánchez, en la playa La Graciosa, en Canarias, pero no ha tenido a su lado a todos sus seres queridos. La decisión de Anabel Pantoja de continuar adelante con su enlace nupcial, después de la reciente muerte de su abuela, doña Ana ha hecho que se abra una nueva fisura en el frágil clan Pantoja.
Su primo Kiko ha afirmado que se siente “destrozado en cuerpo y alma” y tomó la decisión de no asistir a la boda de su prima, solo a pocas horas de haber perdido a su abuela “yaya”. Por su parte, Isa Pantoja se vistió de blanco y le pidió a la todos los invitados que hicieran lo mismo, se plantó en las costas playeras de La Graciosa, junto a su novio Asraf Beno y su hijo, para demostrar su gran afecto y apoyo incondicional a su prima.
La boda de Anabel Pantoja no contó con padrinos, pero la novia hizo esperar durante los diez minutos de rigor al novio y apareció muy bien acompañada, de la mano de Albertico, el hijo de su prima y junto a una sobrina del Omar. Por otra parte, Anabel lució radiante, con un elegante y hermoso vestido de la firma Rue de Seine, un obsequio de su madre, con el cabello suelto, unos pendientes que Isabel Pantoja lució en su boda y con una pulsera con gran valor sentimental en recuerdo de su abuela.
Anabel Pantoja logró llegar al altar rodeada de aplausos y gritos para animarla: ¡Guapa! y ¡Viva la novia!, mientras se escuchaba la canción ‘I always love you’.
Anabel lloró en su boda
Cuando la novia se encontraba en el altar, en compañía de Omar, se rompió mientras uno de sus amigos le cantaba “Qué bonita es mi niña”, la emotiva canción que el padre de Isabel Pantoja le cantaba a su hija cuando era pequeña y que luego su abuela Ana le cantó a ella de niña. La novia miró al cielo y besó su pulsera. La escena fue, sin duda, un emotivo homenaje para las personas que estuvieron ausentes durante este día tan especial para Anabel.
Faltaron otros asistentes a la boda, pero Anabel y Omar sintieron un gran afecto de parte de todos los presentes. La novia estaba visiblemente emocionada y no podría parar de llorar. Durante la ceremonia, su madre Merche le dijo: “Eres mi motor, mi fuerza, mi lucha. Eres mi más preciado tesoro”. Por su parte, Omar he dijo: “Eres una persona increíble, nuestro camino no ha sido fácil, pero siempre hemos sabido luchar. Te quiero”.
La radiante novia dio las gracias a todos por este fabuloso día y también recordó a los ausentes. Anabel dijo: “Se han roto muchas cosas. Me falta gente. Se me ha ido una que deseaba verme vestida de novia. Seguro que me estará viendo”, comentó muy emocionada.