Isabel Pantoja es una gran artista. No hay razón alguna para decir lo contrario. Su porte, su voz, su talento, así como su incansable trabajo por ser reconocida como una de las más grandes artistas españolas, ha dado sus frutos. La tonadillera es una celebridad de clase mundial: es admirada en su tierra, en toda américa latina y en gran parte del mundo.
El pasado sábado 7 de agosto, Pantoja volvía a poner los pies sobre el escenario, en Jeréz, para deleitar a sus más fieles seguidores. Un concierto que estaba lleno de expectativas, sobre todo desde que el pasado octubre su hijo, Kiko Rivera, comenzara una guerra mediática desde Telecinco, donde ha ganado dinero vendiendo despotricando contra ella. Rivera aprovechó la oportunidad para seguir viviendo de la renta que produce esa pelea, y le envió un mensaje de felicitación a la artista y quejándose de ella como madre. Es que en los últimos meses, nadie lo ha tomado en cuenta porque los ojos de la prensa rosa estaban puestos sobre Rocío Carrasco y su serie, “Rocío, contar la verdad para seguir viva”.
Isabel Pantoja, con la imagen muy dañada.
A pesar del lleno del concierto, Pantoja tiene, en líneas generales, una imagen muy dañada, debido a los escándalos personales que han rodeado la vida de la tonadillera en los últimos años. Su reputación como artista ha recibido su peor valoración, y esto es de acuerdo a la firma Personality Media, una consultora especialista en posicionamiento de famosos.
“Por sus problemas en el pasado como por la continua presencia en prensa de su entorno familiar, tiene una de las peores imágenes al día de hoy, suspendiendo la mayoría de variables analizadas en nuestro estudio de imagen”, informó la consultora.
A pesar de ser una de las artistas más reconocidas y famosas del país, según la analista, un 90 por cierto de la población española “suspende a Isabel Pantoja”, además que las puntuaciones que le dan son muy bajas: “más de la mitad de la población valora con un 1 a un 2 a la sevillana (en base a 10 puntos) “.
Si nos remontamos a una década atrás, Pantoja era una de las artistas mejor valoradas, tanto en el panorama nacional como en el internacional, pero de acuerdo a la firma, luego de su entrada en la cárcel de Alcalá de Güadaira, marca el inicio de su declive.
En el año 2014, para el 67% de la población, la tonadillera deja de ser reconocida como artista para convertirse en un personaje mediático que estuvo envuelto en problemas con la justicia: “representa todo lo malo que puede sucederle a un personaje público” y que “esto ha sido lo que ha calado en los consumidores en los últimos diez años, pues todos estos problemas han protagonizado los medios de comunicación por encima de su valía profesional”.
Durante su participación en el reality Supervivientes en 2019 hace que gran parte del público vuelva a tener confianza en ella pero, un año después, la guerra mediática promovida por su hijo hace que vuelva a perder popularidad: “el recorrido mediático impide que recupere la imagen de profesional de éxito, sin duda, un día fue. No ayuda ni sus problemas judiciales ni mucho menos su entorno familiar actual, que siembran polémica continuamente en torno a su vida”.
¿Podrá Isabel Pantoja recuperar la confianza de su público? Solo el tiempo lo dirá.