El pasado domingo, Telecinco aprovechó para seguir exprimiendo “La isla de las tentaciones” que, sin duda, ayudó a levantar el rating (aunque no tanto) de la cadena tras la baja en el verano por “La casa fuerte”, que no terminó de calar en la audiencia, ya que sus mecánicas fueron poco o nada entendidas.
Durante “El debate de las tentaciones”, Dorothy dejó perplejos a Carlos Sobera, quien fungía de presentador, y a los tertulianos que lo acompañaban, ya que, a la pregunta muy simpática que le hizo un espectador, sobre cómo le parece que Chelo García – Cortez la sustituya en Socialité, ya que durante la transmisión, la dirección se encargó de resaltar el parecido que ella tiene con María Patiño, la tentadora no supo qué responder.
“¿Qué Chelo? ¿Pero quién es Chelo?” respondió la joven, quien se mostró muy sincera al reconocer que no sabía absolutamente nada sobre quién se hablaba. Y no solo fue con Chelo. La tentadora dejó muy claro que no reconoce a la mayoría de los rostros de la gente que trabaja en Mediaset y Telecinco: presentadores y colaboradores. “No sé qué decirte”, manifestó Sobera, cortando de inmediato la participación de la joven.
Irónicamente, el presentador exclamó: “Ya veo que eres una seguidora acérrima” y procedió a explicarle quién es Chelo García – Cortez: “es una de las grandes de Supervivientes”. Durante ese momento, fue Teleru Campos quien tomó la palabra para, de una manera jactanciosa y humillante, tratar de descolocar a la tentadora: “el problema no es que no sepa quién es Chelo, es que no sabe ni qué es Socialité”, dijo la hija de María Teresa Campos, sin lograr tener el efecto que esperaba en Dorothy. A veces la ignorancia puede jugarle unas buenas pasadas a algunas personas.
Carlos Sobera justifica a Telecinco tras la confesión de Dorothy de que sus padres no la dejaban ver Telecinco.
Para dejar claro que su desconocimiento de los personajes de la cadena no era por decisión propia, la tentadora se justificó afirmando que sus padres eran quienes le tenían prohibido ver ese canal de televisión cuando era pequeña: “Mis padres no me dejaban ver Telecinco. Nunca veía Telecinco”, dijo.
Ante tal confesión, fue el mismo Sobera quien trató de enmendar el hecho, lanzando una férrea defensa al modelo de televisión que hacen en Telecinco: “Vamos a ver… vamos a aclarar una cosa…” comenzó argumentando el presentador “a los niños no se le puede prohibir ver Telecinco, porque es una cadena que fomenta las relaciones entre las personas, y por tanto fomenta el entendimiento y la progresía, de manera que cuando se hacen mayores, saben perfectamente distinguir entre el bien y el mal. Eso, en otras cadenas, no pasa”, finalizó Soberas.
Ese discurso, que fue apoyado con un estruendoso aplauso de parte de sus compañeros, no es compartido por la mayoría de los padres de España, que prefieren ser ellos quienes les enseñen a sus hijos las diferencias entre el bien y el mal, y no una pelea en un plató de televisión, que se presta a más y más intrigas conforme los números de rating bajan.